Antes fue Cornershop. Ahora es el turno de NotCo, innovadora compañía tecnológica de origen nacional que dio en el clavo: reemplazó proteínas de animales con ingredientes vegetales sin afectar el sabor de los alimentos. Con ventas en América Latina, ahora se apronta a competir en mercados desarrollados. Nuevas inversiones por US$85 millones, atraídas por la combinación de ciencia, perseverancia y una idea genial, le dan confianza y visibilidad. Gran logro de sus tres fundadores chilenos con estudios en EE.UU. Su creación ya tiene un valor de mercado de US$300 millones, calificando en ranking de compañías tecnológicas de mayor potencial internacional.
Y a propósito de rankings, durante estas semanas se han publicados varios relativos a las universidades en el mundo (ARWU, QS, entre otros). Como ha sido siempre el caso, las estadounidenses dominan con comodidad. Por ejemplo, en el ARWU 2021 éstas ocupan 41 casillas en las top 100, seguidas de lejos por las 8 del Reino Unido.
¿Razón de la ventaja? Si bien el sistema de EE.UU. no es perfecto, su liderazgo se ancla en más de un siglo de feroz competencia por conocimiento y prestigio en donde la iniciativa privada es esencial. Nadie se cuestiona que la universidad agregue valor, forme innovadores y genere negocios. Las empresas, por su parte, demandan su colaboración, Como plantea Miguel Urquiola en su libro Markets, Minds, and Money, la ventaja demuestra, paren aquí de leer los estatistas, el triunfo del enfoque de libre mercado en la educación superior.
Pero el detalle de los rankings dice algo más: ojo con China. Solo 51 de sus casas de estudio eran top 500 en ARWU 2018. En el 2021, 20 nuevas entraron al grupo e incluso 6 alcanzan el top 100. Entre ellas se destaca la U. de Tsinghua. Ubicada en Beijing, en poco tiempo ha escalado hasta el top 20 global. ¿El secreto? ¿La planificación central de la China comunista? No. Muy por el contrario, tras el ascenso de las universidades ha estado la competencia por atraer financiamiento privado, el ambiente de negocios y las fuerzas de mercado. El impacto es total. Entre 2014 y 2017, los graduados de Tsinghua crearon cientos de startups. Además, la compañía de asset management de la universidad (sí, leyó bien), Tsinghua Holdings, ha sido fuente de financiamiento para proyectos de inversión en sectores claves, uniendo empresas y ciencia. Un nuevo triunfo del mercado captado por los rankings. Así con el “comunismo” educacional.
Volvamos a la realidad nacional. Chile no tiene casas de estudio en el top 100. Se había avanzado, pero la chaqueta de fuerza que vino con la mal pensada gratuidad dejó a muchas instituciones destacando más por el lobby para captar recursos públicos que por su competitividad. El tiempo ha demostrado que tal política pública fue como la idea de NotCo, pero al revés: El reemplazo integro de las proteínas del mercado por subsidios del Estado resultó en una mezcolanza insípida que no se cocina ni en la China comunista. Una lastima. Cuanta universidad frenada, talento desperdiciado y, en tiempos que tanto se necesitan, emprendimiento tecnológico que nunca se concretará.