Desencanto con la democracia

La legitimidad de las instituciones políticas y la confianza de los ciudadanos en el Estado y el gobierno es una de las condiciones de la gobernabilidad. En el 2018, el informe de percepciones Latinobarómetro encontró que solo el 48% de los latinoamericanos apoyaba la democracia como mecanismo de gobierno en comparación con el 61% en el 2010. Cada vez más los latinoamericanos se están inclinando hacia opciones autoritarias[i]. Existe además, una percepción de retroceso en el progreso en la región, que cae de 23% en el 2010 a -8 en el 2018.

La confianza en las instituciones se basa en la creencia de que existen reglas comunes iguales para todos que son respetadas, incluso cuando nadie está mirando. La igualdad ante la ley es un principio fundamental en un estado de derecho, pero que, si bien en muchos casos está reconocido por la constitución política de los países, no se traslada necesariamente a la realidad. Y no lo hace porque en los países latinoamericanos existe la percepción de que aun mantenemos instituciones personalistas y cerradas que otorgan privilegios a unos cuantos en desmedro de los demás ciudadanos y la sociedad. El 90% de los brasileros considera que en su país se gobierna para unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio. Mientras que en Mexico esta percepción es compartida por el 88% de los ciudadanos y en Perú por el 85%.

El 71% de los latinoamericanos se encuentra insatisfecho con la democracia. Este desencanto se ve reflejado en todos los países de Latinoamérica. Por ejemplo, en Brasil, la satisfacción con la democracia cae de 49% en 2010 a un 9% en 2018. Y en el Perú llega al 11%. Los países donde la satisfacción con la democracia cae precipitadamente y donde no hay partidos que realmente representen a los ciudadanos, corren el riesgo elegir un candidato contrario al establishment que busque romper con el contrato social y las instituciones establecidas. Tanto México como Brasil han elegido presidentes críticos al sistema.[ii]

Este desencanto con la democracia y preferencia por gobiernos autoritarios lleva a una deslegitimación del sistema de representación. Así, el presidente autoritario es visto por los ciudadanos como un “do-er” alguien que está del lado de los ciudadanos y en contra del resto de políticos enquistados en el poder (legislativo). Tomemos el Perú como ejemplo. El 5 de abril del 1992, el presidente de aquel entonces Alberto Fujimori enfrentando el terrorismo y la hiperinflación, disolvió el Congreso de la Republica al considerar que no le permitía realizar las reformas necesarias para acabar con el terrorismo y salir de la crisis económica. Una encuesta de Datum publicada en el diario El Comercio el 10 de abril de 1992, el 84% de los encuestados apoyaban la disolución del Congreso. 27 años después, en setiembre de 2019, el Presidente Martin Vizcarra, enfrentaba una crisis política, con un partido de oposición controlando el Congreso, y decidió disolver el congreso sobre la base de una supuesta “denegación fáctica” de un pedido de confianza del ejecutivo (figura Constitucional que permite la disolución del congreso), y llamar a elecciones para un nuevo Congreso. Pese a que existen dudas de la constitucionalidad de la medida, la aprobación del Presidente dio un salto de 48% días antes de la disolución, a 79%.[iii]

El 70% de los congresistas elegidos para el periodo 2016-2021 y que fueron disueltos en setiembre 2019, no estaba afiliado a ninguna organización política, o llegaron al Congreso «en calidad de préstamo» de movimientos regionales, a los partidos que los postularon. Muchos de ellos utilizan el calificativo de “invitado” para distanciarse de los cuestionamientos al partido que los llevo al poder. Otro grupo importante renunció previamente a otras agrupaciones políticas, es decir salto de un partido a otro. Esto es, no hay una identificación con el partido que los lleva al poder. En Febrero 2019, el 73% de los ciudadanos desaprobaba la gestión del Congreso[iv]. La encuesta a empresarios de Apoyo, encontró que en Marzo 2019, el 69% de los empresarios consideraba que el congreso vigente en ese momento había emitido normas igual de dañinas o más dañinas para su sector que el congreso anterior.[v]

Esta debilidad institucional, y el mal desempeño de los grupos políticos en el Perú es una de las razones que explica la facilidad con la que se logra la disolución del congreso y una alta aprobación de los peruanos a dicha disolución. Un mes después de la disolución, la desaprobación de la gestión del Presidente de la comisión permanente del congreso llegaba al 63%. Cabe resaltar que la Constitución establece que en caso de disolución se queda en funciones la Comisión Permanente que no tiene más funciones que las de una mesa de partes.

El 26 de enero los peruanos deberán elegir al nuevo congreso que los representara hasta las elecciones generales del 2021, esto es tendrá una vigencia de poco más de un año. Llama la atención que días antes de las elecciones, una encuesta de IOP ha encontrado que el 42% de los habitantes de Lima y Callao, que juntos reúnen el 33% de la población electoral del Perú, consideran que la democracia puede funcionar sin un congreso o parlamento. Estos resultados marcan una tendencia hacia el autoritarismo y una debilidad del sistema de representación. Preocupa además que sean los jóvenes, entre 18 y 29 años quienes apoyan en mayor medida el cierre del congreso: 51%[vi].

Un factor adicional del descontento con la democracia se muestra en el hecho que en cada elección los electores esperan que haya nuevos candidatos. Ello llevo a que en Octubre 2018, esto es en plena crisis política y casi un año antes del cierre del congreso, el Presidente Vizcarra convocara a un referéndum para decidir sobre la reelección congresal. El 85% de los ciudadanos aprobó la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios de la República. Ello, pese a que la reelección congresal en el caso peruano es bastante baja. En el periodo 2011-2016 solo el 27,6% de los congresistas fue reelegido, esto es 36 congresistas de 130. Mientras que en el periodo 2016-2021 fueron reelegidos 35 Congresistas, esto es el 26.9%[vii].

La encuesta de IOP muestra, además, que el 74% de los electores esperan que, en la elección del 2020, se permita el ingreso de nuevos personajes a la política. Esto muestra un hartazgo con la clase política, que debilita el sistema democrático. Y este hartazgo no ocurre solo en Latinoamérica. En Estados unidos, por ejemplo, es el mismo Presidente Trump quien está promoviendo una modificación constitucional que limite la reelección de los Congresistas y Senadores. Una encuesta reciente encontró que el 80% estaría a favor de dicha propuesta. A nivel estatal, cada vez que ha sido consultado, los electores han aprobado la imposición de límites a la reelección, lo que demuestra que es una medida bastante popular. Un reporte de Michael Olson y John Rogoswki  encontró que cuando se imponen limites, los congresos estatales tienden a polarizarse, fortaleciéndose el rol ejecutivo (gobernador) en desmedro del representativo (congreso) lo que llevaría a un desbalance del sistema de pesos y contrapesos. En California, por ejemplo, un estudio encontró que una vez impuestos los límites a la reelección es menos probable que los congresistas revisen en detalle o modifiquen los proyectos de ley presentados por el Gobernador. Por el contrario, limitar la reelección podría favorecer a los lobistas y grupos de interés, limitando la aprobación de buenos proyectos y desviando las metas establecidas al inicio del gobierno.[viii] Brookings encontró que al limitar el periodo en el que una persona puede ser congresista, se limita su posibilidad de aprender cómo funcionan los gobiernos, como negociar acuerdos bipartidistas y como sacar mejores proyectos en beneficio de los ciudadanos y el Estado. En conclusión, limita la posibilidad de formar mejores representantes mientras que limita la participación de los profesionales más experimentados. Más aun, el límite a la reelección no logra reducir la corrupción ni limitar la puerta giratoria. Por el contrario, los funcionarios con poca experiencia suelen ser más atractivos para los experimentados lobistas. Además, la no reelección genera un incentivo para que sean los mismos legisladores al terminar su periodo, quienes continúen su carrera como lobistas.[ix]

En el Perú, aunque el voto es obligatorio, el ausentismo es alto y muestra una tendencia al alza, pese a que tiene un costo económico (entre S/.83 y S/.207 si se es miembro de mesa. En el Perú es sueldo mínimo es de S/.930). En la primera vuelta de las elecciones generales 2006 el ausentismo llego al 11.2% y 12.2 para la segunda vuelta electoral. Mientras que en el 2011 el 16% de los electores no acudió a votar en primera vuelta y 17.4% en segunda. En las elecciones generales 2016, el ausentismo fue 18.2% en la primera vuelta y 19.9% en la segunda vuelta En las dos últimas elecciones parlamentarias, la suma de votos blancos y nulos ha pasado del 23% en el año 2011 al 35% en 2016.[x] Días antes de las elecciones 2020, el 54% de los electores aún no ha definido su voto, y el 19% planea votar blanco o viciado.[xi]

La insatisfacción con la democracia, generada por una inadecuada representación política, lleva a que los ciudadanos se distancien de la política. Cada vez menos ciudadanos participan activamente en política o se inscriben en partidos. Esta insatisfacción de los ciudadanos con la democracia los acerca a opciones populistas o a recurrir a actos de violencia para ser escuchados. Un ejemplo de ello es lo ocurrido en Chile en Octubre del 2019. El sistema político y las instituciones chilenas tienen una alta calificación en los rankings de desarrollo como el índice de Freedom House (2019) y Chile encabezaba la lista de los países de Latinoamérica con más ciudadanos que consideraba que había una “buena” situación económica. Siendo que el 30% de chilenos está satisfecho con su situación económica.[xii] Si bien la mayoría de análisis económicos se centran en la desigualdad de ingresos, existe un concepto más amplio que incluye la calidad de vida, las interacciones sociales, el acceso a los servicios básicos, la naturaleza de las relaciones interpersonales y el grado de «justicia» de los sistemas políticos y económicos. Y es que el modelo chileno que funcionó cuando Chile era un país pobre, dejó de ser apropiado en un país con una clase media creciente con aspiraciones masivas y cansada de los privilegios de la élite, los chilenos quisieron mayor igualdad, respeto y dignidad y al no encontrar respuesta en las instituciones políticas, recurrieron a la violencia.[xiii] Con el costo económico, político y social que ello implica.

A nivel Latinoamérica, los ciudadanos vienen alejándose de la política, las instituciones y la democracia. Este grupo de ciudadanos son la mayor fuente para el resurgimiento de movimientos populistas.

[i] Corporacion Latinobarometro. Informe 2018 http://www.rendircuentas.org/wp-content/uploads/2019/04/INFORME_2018_LATINOBAROMETRO.pdf

[ii] Ibid

[iii] Ipsos Apoyo, Peru Octubre 2019  https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2019-10/opinion_data_octubre_2019.pdf

[iv] Ipsos Apoyo, Febrero 2019 https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2019-02/opinion_data_febrero_2019_0.pdf

[v] Apoyo Consultoría, Servicio de Asesoria Empresarial SAE Marzo 2019

[vi] Instituto de Opinión Publica, Boletin #165 Estado de la Opinión Publica. ¿Qué esperan los limeños y las limeñas de las elecciones congresales 2020? Enero 2020 http://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/169324/IOP_1119_01_R1.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[vii] Congreso de la Republica, Informe Tematico  34/2015-2016 Reelección de autoridades elegidas por votación popular en países de america latina, Estados Unidos y Francia. Mayo 2016 http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/733ADA7851D94FC50525803D0079DCBC/$FILE/22_INFTEM34_2015_2016_reelecci%C3%B3n_autoridades_elegidas_votaci%C3%B3n.pdf

[viii] Masket, Seth “Why political science doesn´t like term limits” https://www.mischiefsoffaction.com/post/political-science-term-limits

[ix] Burgatt, Casey. “Five Reasons to oppose congressional term limits.” Brookings   https://www.brookings.edu/blog/fixgov/2018/01/18/five-reasons-to-oppose-congressional-term-limits/

[x] Onpe.gob.pe

[xi] Encuesta CPI 7 al 11 de enero 2020 para el Grupo RPP

[xii] Corporación Latinobarómetro

[xiii] Edwards, Sebastian “Chile’s insurgency and the end of neoliberalism” Foco Economico https://focoeconomico.org/2019/12/06/chiles-insurgency-and-the-end-of-neoliberalism/

 

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