Sobre  “Aproximaciones al Perú de hoy desde las Ciencias Sociales”

Felipe Portocarrero y Alberto Vergara, bajo el auspicio de la Universidad del Pacifico (UP) y el Fondo Rosemary Thorp de la Universidad de Oxford, han editado en Julio 2019 un libro que reúne importantes contribuciones analíticas sobre Perú escritas por destacados economistas, sociólogos, politólogos y otros expertos nacionales en ciencias sociales. El libro es fruto de un seminario titulado “Retos del Desarrollo en el Perú”, llevado a cabo en la UP aproximadamente un año antes. El texto es un llamado a reflexión sobre el Perú, como lo es también la diferencia sutil entre el título del seminario, con énfasis en los “retos” (a futuro) que enfrenta el Perú, y el titulo del libro, con énfasis en “aproximaciones del Perú de hoy,” con énfasis sobre el Perú presente (más sobre esto luego).

Los autores y sus contribuciones al seminario y al libro (ver recuadro resumen para detalle) se pueden agrupar, a grandes rasgos, en dos grupos. De un lado, aquellos estudiosos que utilizan información macroeconómica para delinear sus paradigmas de análisis y, de otro lado, una mayoría que maneja información microeconómica proveniente de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) u otras encuestas sociales para su análisis.  Las contribuciones de Bruno Seminario, Danilo Martuccelli y Cecilia Blondet & Samuel Rotta, por ejemplo, están en la esfera macro y son, en mi opinión, fundamentales para sintetizar en un número limitado de indicadores los retos nacionales actuales y para medir progreso/retroceso en nuestra capacidad de solución de dichos problemas en adelante.[1] Así, el desarrollo de indicadores líderes, como el coeficiente Gini o el concepto de desformalidad social, son esenciales en la construcción de una mística de desarrollo económico y la necesidad de cambio estructural. También, la conceptualización de Blondet & Rotta de un sistema de corrupción dentro del sector público que no necesariamente responde a intereses de grupos económicos per se, sino que se centra en tráfico de influencias para beneficio de ciertos individuos de diversas clases sociales, razas, regiones, y jerarquías, es un bastión analítico a pulir. Por otro lado, la abundante información microeconómica incluida en las otras ponencias y textos del libro desmenuza problemas fundamentales (salud, educación, inclusión social, desarrollo empresarial, violencia y crimen, participación política ciudadana, igualdad de genero, entre otros) con alto grado de profesionalismo y, en muchos casos, de gran utilidad para los encargados de política sectorial. Sin embargo, en cierto modo, representan la instrumentalización de políticas microeconómicas a fin de lograr una sociedad (macro) más inclusiva y con mayor respeto a normas sociales básicas. Realidad que hoy brilla por su ausencia según los estimados del coeficiente Gini de Bruno Seminario y el análisis multidimensional de Danilo Martuccelli y Blondet & Rotta.

Una atrevida hipótesis explicativa de la diferencia sutil entre el nombre del seminario de Julio 2018 y el título del libro es, en mi opinión, la gran cantidad de propuestas de política pública esbozadas en seminario. ¡El rompecabezas sobre los retos del Perú tiene muchas más piezas y matices de lo esperado inicialmente, y amerita un magno esfuerzo de abstracción y síntesis de las ideas planteadas hacia la definición de objetivos nacionales específicos! Esfuerzo aún pendiente para los estudiosos y encargados de política, y al que debemos estar alerta todos los peruanos. Es pues, como si estuviéramos ante el problema afrontado por Mein Herr en Sylvie and Bruno (Lewis Carroll (1893)) de explorar/experimentar la escala óptima por milla en mapas de calidad, que en nuestro caso es desarrollar una síntesis de los retos nacionales. Como escribe Lewis Carroll:

«Eso es otra cosa que hemos aprendido de su nación», dijo Mein Herr, «hacer mapas. Pero lo hemos llevado mucho más lejos que tú. ¿Cuál es su opinión sobre el mapa más grande que sería realmente útil?»

«Alrededor de seis pulgadas a la milla.»

«Sólo seis pulgadas!», exclamó Mein Herr. «Muy pronto llegamos a seis yardas a la milla. Luego intentamos cien metros a la milla. ¡Y luego llegó la idea más grande de todas! Hicimos un mapa del país ¡en la escala de una milla a la milla! «

¿Lo has usado mucho?» Le he preguntado.

«Nunca se ha extendido, todavía», dijo Mein Herr: «Los granjeros se opusieron: dijeron que cubriría todo el país, ¡y apagaría la luz del sol! Así que ahora usamos el propio país, como su propio mapa, y le aseguro que lo hace casi tan bien». [2]

Preocupación de una reforma incompleta y perdiendo celeridad en áreas de crecimiento inclusivo amerita máxima atención y mayor visibilidad usando indicadores de desempeño absoluto y relativo de Perú en estas áreas. De notar, la ponencia sobre inclusión social (Carolina Trivelli y María Eugenia Mujica) y su discusión por los organizadores al cierre del seminario nos recuerdan la fragilidad de muchos hogares peruanos de revertir de su posición de clase media, lograda en años recientes, a clase pobre en evento de choques económicos y financieros inesperados y duraderos. Persistencia de reformas, particularmente en el mercado de trabajo y diseño del presupuesto público, es pues importante para dar capacidad de ajuste a clases medias emergentes ante eventos inesperados y garantizar un “piso mínimo” de bienestar (inclusión social y transferencias públicas; social safety net) a las clases más pobres de nuestra sociedad y promover “que nadie se quede atrás”. El sector privado también tiene papel a jugar en la inclusión social a través de un sistema financiero inclusivo, mejor conectividad de la población, mayor y mejor oferta de oportunidades capacitación laboral, entre otras. En el caso de salud y educación–ambos componentes claves de crecimiento inclusivo a mediano- y largo-plazo según la literatura económica–el problema básico es asegurar una oferta adecuada (en cantidad y calidad) de servicios públicos que satisfaga las necesidades de la población. Una buena educación pública ha de servir también para atacar problemas de equidad en términos de oportunidades en el mercado de trabajo. Indicadores de competitividad global y sectorial producidos por el Foro Económico Mundial (FEM) son instrumentos disponibles para dar visibilidad a casos de reforma incompleta o de fatiga de transformación institucional. En efecto, y consistente con las ponencias, el indicador global de competitividad producido por FEM muestra una falta de persistencia y pérdida de competitividad en esfuerzos de reforma estructural para el caso de Perú versus sus pares regionales a partir de 2013-14 (Grafico 1). A nivel sectorial, hay también indicios de pérdida de competitividad y una creciente brecha entre Perú y otros países de la región para el caso de indicadores conjuntos de salud y educación primaria según el FEM (Gráficos 2 y 3). Brecha creciente de competitividad, que más que compensa logros recientes por reducir la tasa (bruta) de matricula de educación primaria (Gráfico 4). Monitoreo y difusión regular al público de estos indicadores sería un paso importante hacia la consolidación de enfoques sectoriales (micro) en objetivos macro sintetizados en el coeficiente Gini, por ejemplo.

 

¿Y cómo llegamos a la desformalidad social de hoy en día? ¿Fue este un deterioro gradual de formas sociales que solo hoy se visualiza dada su magnitud? ¿O fue algo que estuvo con nosotros “desde siempre”? Danilo Martuccelli refiere a los cambios estructurales de la economía peruana en los últimos 30 a 40 años que han coincidido con este “achoramiento” a todo nivel de ingreso per-cápita y jerarquía política. Luces sobre el proceso de
desformalización social pueden, tal vez, encontrarse en la dinámica sectorial de empleo nacional en los últimos 20 años. Dinámica que muestra: (i) un aumento significativo en el empleo en el sector de servicios, mientras que el empleo en los sectores disminuyó o se estancó (Gráfico 5); y (ii) una reasignación de recursos laborales que fue la más desigual del siglo XX (Gráfico 6)! Esta feroz reorganización de la fuerza laboral puede apreciarse a través la desviación estándar en las tasas de crecimiento del empleo entre sectores económicos, que empieza acelerarse en los tiempos de Sendero Luminoso (1980-1990s) y llega a su cima en el periodo 2002-2010, con el súper ciclo de los commodities. Hubo pues una rotación de empleos sin precedentes históricos que abrió oportunidades de empleo (incluyendo subempleo precario) en el sector servicios, mientras que otros empleos dejaron de existir. Rotación de empleo en una escala persuasivamente alta que debió gatillar, muy posiblemente, estrés familiar y deformación social.  Especialmente dada la aglomeración poblacional en las grandes urbes y el bajo ingreso promedio de la mayoría de trabajadores en el sector servicios.

El libro de Portocarrero y Vergara es sin duda una importante contribución al debate socioeconómico nacional. En opinión de este autor, la tarea pendiente para los analistas y encargados de política es el tránsito de “aproximaciones” a la realidad nacional, con sus múltiples facetas y complejidades, a una síntesis de los grandes “retos” que enfrenta el Perú hacia delante. Este proceso de abstracción y síntesis ha de balancear arrestos de documentar importante detalle operacional en áreas de acción social versus esfuerzos por identificar indicadores líderes que generen un consenso nacional por el cambio.  Esta última, una tarea para Hércules en una sociedad con enorme desigualdad distributiva que muy posiblemente juegue en contra de un cambio en el status quo.

Recuadro Resumen de Ponencias y Capítulos Seleccionados */

Bruno Seminario, en un esfuerzo de entender la dinámica de largo plazo de la economía peruana, estima del coeficiente Gini que muestra un grado creciente de desigualdad en la distribución del ingreso nacional desde el periodo colonial hasta la actualidad, y que es testimonio de un crecimiento económico no-inclusivo. La propuesta central de análisis es que la creciente desigualdad en la distribución del ingreso es resultado de la interacción de fuerzas demográficas, espacios territoriales de producción y la evolución de la economía mundial que afecta a su vez la estructura productiva doméstica. Las estimaciones muestran un aumento significativo en la desigualdad distributiva del ingreso a lo largo de los años, que es solo atenuada temporalmente por un comportamiento pro-cíclico del Gini. Esto debido a la falencia temporal de rentas de capital durante periodos de recesión económica, como lo fueron, por ejemplo, la independencia nacional, la Guerra con Chile y la depresión económica en el periodo hiperinflacionario de los 1980s. Bruno Seminario muestra también las crecientes desigualdades regionales en los últimos 200 años que conllevan desigualdades en productividad laboral e ingreso per cápita, además de migraciones humanas entre regiones geográficas. En líneas general, el “triángulo” de expansión económica y acumulación de capital peruano tiene como vértices geográficos a la capital Lima, como centro financiero y de otros servicios, la zona minera de la sierra central, y el norte costero agroexportador. El sur peruano, pese a su bonanza minera reciente en el contexto del boom económico chino, ha sufrido históricamente por su poca interconexión ferroviaria y de carreteras con el centro del país.

 

Danilo Martuccelli en su ponencia titulada “Ethos de la Informalidad” discute las múltiples caras de la informalidad que no solo cubren el comportamiento económico de evasión de impuestos y condiciones de trabajo precarias y de baja productividad, sino también una indiferencia a las normas sociales a nivel individual que vulnera reglas de colectividad, en general. El resultado es una sociedad desformal donde “nadie respeta nada” y hay multiplicidad de formas culturales casi a nivel individual y/o indiferencia a las formas que se traduce en “achichamiento” o “achoramiento” cultural, incluso estético (caso del foco calato de Guillermo Nugent). Formas de abordar esta situación incluyen, entre otros, un gran pacto social entre el gobierno, trabajadores y capitalistas que busque equidad en la política tributaria y aumente prontamente la oferta de bienes públicos, incluyendo orden público y mayor y mejor institucionalidad a fin de satisfacer anhelos latentes de formalización de las relaciones sociales en el Perú. En suma, una política fiscal que asegure el respeto a los derechos sociales de la gran mayoría y gatille mayor justicia social. Implementación de dicho pacto social no ha de ser tarea fácil, pues requiere colaboración de diversos grupos sociales, destrucción de formas que han servido a muchos para progresar económicamente dentro de la desformalización actual, además de riesgos que una re-formalización generalizada se haga bajo movimientos políticos conservadores y de “mano dura” con nuevos problemas de injusticia social.

 

En su análisis de la gran y pequeña corrupción, Cecilia Blondet & Samuel Rotta estudia la praxis de “como sacarle la vuelta a la legalidad’ ejecutada por autoridades políticas de todo rango y por sus entornos profesionales compuestos, muchas veces, por subalternos nombrados a dedo y sin ningún merito profesional para el puesto designado. Mecanismos todos que han facilitado el trafico de influencias por parte de individuos (de diversas clases, razas, y jerarquías) para obtener un beneficio propio o para favorecer otra persona (o destrabar un proyecto de inversión publica) sin necesidad de una “captura del estado” de parte de “grupos” de interés económico específicos. Blondet & Rotta notan también el significativo rechazo a la corrupción dentro de la sociedad civil en el Perú, además de la des-satisfacción con la democracia y la poca confianza interpersonal latente en el país.

 

Los textos de Diego Sánchez-Ancochea & Juliana Martínez Franzoni y María Balarín sobre salud y educación en el Perú, respectivamente, utilizan detalle de información sectorial para identificar logros actuales y pendientes en estos dos campos de acción pública y privada. María Balarín es persuasiva acerca de los límites de un enfoque tecnocrático hacia la reforma educativa, incapaz de definir una reforma educativa orgánica. Así, énfasis en logros cuantificables en el corto plazo ataja programas de reforma de más larga gestación orientados a formar estudiantes y maestros con una visión crítica, más humana, de la educación y de la sociedad, en general. Como comentado por Arlette Beltrán en el seminario de Julio 2018, monitoreo de los sectores salud y educación debe destacar indicadores de cobertura, calidad, y equidad en la prestación de estos servicios al público. Buena cobertura y calidad de servicio no siempre están presentes en el caso de salud, en parte debido a una asignación presupuestaria de gobierno nacional relativamente baja para estándares internacionales que hace difícil afrontar problemas de salud tradicionales y emergentes en la sociedad peruana. Estos últimos incluyen problemas de obesidad, múltiples tipos de cáncer e incluso un resurgimiento de numerosos casos de tuberculosis. Respecto a educación, existe hoy un fuerte aumento en la oferta de educación escolar y post-escolar privada que no es necesariamente de calidad, y que amerita monitoreo y acción publica.  Con limitados recursos presupuestales, es también fundamental fomentar una gestión eficiente de recursos (gasto por alumno), a la vez de mejorar la educación pública inicial para garantizar un “piso mínimo” de habilidades de aprendizaje a los infantes y reducir brechas de calidad entre colegios públicos y privados. El desarrollo de políticas educativas es aún “work in progress” con buenos programas de seguimiento y evaluación a nivel de directores, docentes, y alumnos de colegios, pero aún algo fraccionado y lejos de tener una visión orgánica.

 

Jaris Mujica diserta sobre la violencia y el crimen en el Perú notando un número de paradojas evidenciadas según los datos disponibles. Así, mientras que la tasa de denuncia de delitos ha aumentado significativamente en los últimos 30 años gracias a un aumento en los medios de delación (mayor número de comisarias, por ejemplo), no hay evidencia clara de un aumento simultáneo en victimización, aunque sí hay un aumento promedio en la intensidad del delito y su violencia. Por otro lado, el crimen organizado se ha vuelto más complejo en términos de volúmenes de droga involucrados, por ejemplo, cadenas de suministro de insumos, tecnología usada, e instrumentos de lavado de activos, pero no hay evidencia de un aumento de tasa de homicidio relacionada con dicha organización criminal, excepto en el caso de bandas de extorsión que son de alcance local y están territorialmente focalizadas.  En términos de violencia interpersonal y violencia cotidiana es de resaltar la alta–y estable por años–tasa de violaciones de mujeres y de delincuencia común de robo de bienes personales de alto valor comercial. Esto último ha sido facilitado por la proliferación de mercados de objetos robados que operan en un área gris de legalidad y regulación comercial.  Primordial en el análisis y en conclusiones de Mujica es el aumento en la victimización no tanto por crimen, sino por trasgresión ó violencia física, verbal, acoso, o grescas, por ejemplo, que generan un alto costo en tiempo y dinero a sus víctimas y a la sociedad, en general, por evitar dichas situaciones (uso de taxi en vez de transporte público, caminar en grupo, rondar el barrio, por ejemplo).

 

Aldo Panfichi hace un análisis de la crisis de representación política en el Perú. El paradigma tradicional de representación democrática en el cual las elites políticas representan los intereses del electorado en alcanzar el bien público es insatisfactorio en la coyuntura actual.  Eventos históricos como la crisis económica de los 1980s, la violencia política, y enfoque neoliberal del manejo económico iniciado en los 1990s llevaron a un colapso de los partidos políticos tradicionales y a una disminución del sindicalismo nacional. Nuevas formas de representación social apoyando agendas particulares y gatillando grandes movilizaciones sociales colocan agendas especificas de política y de facto interpelan partidos políticos, pudiendo, incluso, hacer retroceder propuestas gubernamentales, como la Ley Pulpín hace unos años. Lideres de estos movimientos focalizados pueden pasar de una visibilidad regional al escenario nacional en pocos años, como es el caso del hoy presidente Martin Vizcarra y su participación en la huelga general sobre el canon de agua en Moquegua hace unos años. En suma, estas nuevas formas de representación han “abierto la cancha” a nuevos mecanismos de acción para plantear demandas sociales ante los gobiernos de turno.

 

Leda Pérez en su ensayo “El Progreso Insuficiente: Mujeres e Igualdad” discute los retos pendientes para que mujeres en la sociedad peruana ganen mayor control sobre si mismas, a la vez que empleadas del hogar, niñeras en particular, logren mayores beneficios y remuneraciones por su lauda labor social. Leda Pérez esboza logros de las mujeres peruanas medidos por las relativamente altas tasas de escolaridad primaria, secundaria, y terciaria, pero que son disminuidos por trabajos precarios y mal remunerados que albergan a más de 50 por ciento de la población femenina en el Perú. Una alta tasa de embarazo adolescente, especialmente en el ámbito rural, es otra estadística preocupante. La agenda de cambio ha de incluir sueldos justos para las trabajadoras del hogar y del cuidado de los niños a fin de lograr un desarrollo social simultáneo de aquellas mujeres trabajando fuera del hogar, y avanzando profesionalmente en ambientes tradicionalmente dominados por hombres, y aquellas mujeres supliendo por madres profesionales, pero trabajando bajo condiciones de empleo aún precarias.

 

*/ Ponencias hechas del durante el Seminario de “Retos del Desarrollo en el Perú” están disponibles en youtube.com en el internet.

 

 

Fuentes bibliográficas usadas

 

Cruz-Saco Oyagüe, María Amparo, Bruno Seminario De Marzi, Favio Leiva Cárdenas, Carla Moreno Panizo and María Alejandra Zegarra Díaz (2018), El Porvenir de la Vejez en el Perú: Demografía, Empleo y Ahorro, Universidad del Pacífico, Lima, Perú.

Pastor, Gonzalo (2019), “Perú: La Reforma Incompleta II, paper preparado para el Congreso de  Latin American Studies Association (LASA, Boston, USA, 2019). Publicado como documento de trabajo de la Asociación Peruana de Economía. http://perueconomics.org/wp-content/uploads/2019/09/WP-152.pdf

 

 

Pastor, Gonzalo (2019), “Peru: Assessing Structural Change through the Labor Market Lenses,” paper preparado para el Congreso de  Latin American Studies Association (LASA, Barcelona, España, 2018). Publicado como documento de trabajo de la Asociación Peruana de Economía.  http://perueconomics.org/wp-content/uploads/2019/09/WP-153.pdf

 

 

 

 

[1] El capítulo de Germán Alarco, “¿La difícil tarea de redistribuir ingresos en el Perú?”, es un valioso complemento al análisis macro de Bruno Seminario sobre desigualdad en el Perú.

[2] Traducción de Sylvie and Bruno Concluded (1893) usando aplicativo Google Translate.