Por Alberto Chong[1]
Luego de un dramático y violento encuentro entre efectivos policiales y un grupo de madres que producían aceite de cannabis en un laboratorio clandestino e improvisado para tratar a sus niños con ataques de epilepsia, el presidente Kuczynski propuso ante varias plataformas mediáticas y a través de su bancada en el Parlamento, abrir el debate sobre el uso medicinal del cannabis; el cual se materializó en la Ley 30681- ley que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados- aprobada a la fecha.
Es importante contextualizar que esta demanda sanitaria, iniciada desde el sector civil, se da en un escenario de aceptación del uso de la marihuana en la región, tal como muestra la Figura 1, estando ya legalizada para usos medicinales en Chile y Colombia e incluso permitida para usos recreacionales en el Uruguay. De hecho, el Ministerio de Salud[2], en un primer recaudo de cifras, estimó que cerca de 1000 pacientes en el país ya se trataban mediante aceites y pomadas de cannabis ante enfermedades como dolor neuropático, dolor crónico, epilepsia, esclerosis, Parkinson, y cáncer -ante los efectos adversos de las quimioterapias.
Figura 1 – Legalización de la Marihuana en América
Fuente: Perú21 y Marijuana Policy Project.
Para el caso de pacientes de las enfermedades mencionadas, la ley conlleva un beneficio claro a su bienestar al aliviar una serie de síntomas, muchos sin otros paliativos accesibles en el mercado peruano. Sin embargo, la discusión sobre el uso del cannabis no ha culminado con la ley ya promulgada, sino que se ha puesto sobre la mesa la discusión respecto a otros potenciales beneficios que podría traer el uso de la marihuana, por ejemplo, en su uso recreacional como posible sustituto a la ingesta de alcohol o el uso de drogas duras.
Si miramos las cifras en el caso peruano es evidente que estamos ante una situación sanitaria crítica en relación al “trago”. Según las OMS, el alcohol sería el principal factor de riesgo, muerte y discapacidad para personas entre 15 y 49 años; lo cual deja al Perú muy mal parado pues resulta ser el tercer país de la región que más consume alcohol[3] y se evidencian sus efectos nocivos al ser este la causa del 75% de muertes por accidentes de tránsito en la capital[4].
Pese a los impactos nocivos del alcohol en materia de salud pública y el potencial beneficio –tal vez más indirecto- de sustitución entre cannabis y alcohol, la discusión actual sobre el tema se ha basado en prejuicios, estereotipos, anécdotas y –por qué no- buenas intenciones sin ninguna evidencia confiable.
Un documento de investigación que recientemente he producido junto con Michele Baggio (Universidad de Connecticut) puede darnos un primer indicio de lo que estaría pasando ante la relación del uso legal y medicinal del cannabis y el consumo de alcohol en el caso de los Estados Unidos, donde la ley ya ha sido promulgada hace varios años, aunque con fuertes diferencias estatales. Este tipo de investigaciones da una idea del tipo de investigación que debe realizarse en el Perú para tomar una decisión basada en un ejercicio empírico y causal.
Con la finalidad de sentar evidencia para el debate, nuestra investigación estudia la siguiente pregunta: ¿resultan ser la marihuana y el alcohol bienes sustitutos o complementarios? Es decir, ante una reducción en el costo de la marihuana –que incluye ciertamente los costos de transacción y riesgos para conseguirla en un mercado ilegal- ¿el consumo de alcohol se reduce o se incrementa? A pesar que esta pregunta ha sido estudiada anteriormente, no hay claridad en la dirección de los resultados dado que algunos estudios muestran complementaridad, otros sustitutabilidad y peor aun, algunos otros muestran un efecto neutro. Sin embargo, la debilidad de todos los estudios existente al dia de hoy es que utilizan datos subjetivos, basados en encuestas hechas a los consumidores y no en “datos duros”, que darían mayor credibilidad a los resultados.
En ese sentido, nosotros utilizamos datos de ventas de bebidas alcoholicas en tiendas minoristas a nivel nacional en EE.UU. para el periodo 2006-2015 y explotamos la diferencia en la aprobación de las leyes de marihuana entre distintos estados que han decidido legalizarla para uso medicinal. Así, aplicamos una metodología de dobles diferencias con estados que resultan siempre controles al nunca haber aprobado la ley, otros como siempre tratados con fecha de aprobación previa a los datos (siendo California el caso más antiguo con fecha efectiva de aplicación de la ley en 1996) y 19 estados que aprobaron la regulación de cannabis para uso medicinal en el intervalo de años para el cual contamos con datos.
Además del carácter innovador causal, el trabajo realizado tiene las ventajas de (i) permitir eliminar los efectos de factores exógenos no relacionados a la política específica de marihuana, (ii) usar datos “duros” de ventas de alcohol a nivel minorista que permite eliminar el sesgo de las encuestas subjetivas y (iii) permitir una comparación entre condados con límites comunes, el cual resulta ser una prueba más rigurosa del efecto causal al poder asumir razonablemente que los condados cercanos comparten tendencias paralelas en el consumo de alcohol.
Los resultados de la investigación muestran que, para el caso estadounidense, la marihuana y el alcohol resultan ser sustitutos, y de un nivel considerable. Los condados ubicados en estados con leyes de uso medicinal de marihuana redujeron su consumo de alcohol en 13% e, incluso al enfocar el análisis solo en condados limítrofes, se puede verificar una reducción incluso mayor (20%) en el consumo alcohólico.
Es importante recalcar que estos resultados se mantienen en un rango similar incluso al desagregar por el consumo de cerveza o vino (12 a 14%); además de ser robustos ante pruebas de fechas placebo de aprobación de las leyes de marihuana en los estados tratados y test de falsificación usando ventas de lapiceros y lápices como variables dependientes.
Tabla 1 – Efectos generales de las leyes médicas sobre la marihuana en las ventas de alcohol, cerveza y vino
(1) | (2) | (3) | (4) | |
Alcohol | ||||
Ley Marihuana Medicinal | -0.138** | -0.133** | -0.136** | -0.140*** |
(0.053) | (0.052) | (0.054) | (0.051) | |
Observaciones | 176 160 | 177 160 | 176 100 | 177 100 |
Cerveza | ||||
Ley Marihuana Medicinal | -0.130** | -0.125** | -0.129** | -0.129** |
(0.054) | (0.054) | (0.055) | (0.050) | |
Observaciones | 175 440 | 176 440 | 175 380 | 175 380 |
Vino | ||||
Ley Marihuana Medicinal | -0.140*** | -0.143*** | -0.143*** | -0.150*** |
(0.039) | (0.037) | (0.037) | (0.039) | |
Observaciones | 144 840 | 144 840 | 144 780 | 144 780 |
Efectos fijos: condado | X | X | X | X |
Efectos fijos: Año-mes | X | X | X | X |
Tendencias estatales | X | X | X | X |
Controles demográficos | X | X | X | |
Controles económicos | X | X | ||
Controles política estatal | X |
Nota: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1. Regresiones ponderan por población en condado-año y errores estándar clusterizados por estado. Las variables dependientes son el registro de ventas de alcohol, por grupo de alcohol. Los controles demográficos incluyen proporción de población masculina, proporción de hispanos, proporción de población para el grupo de edad 0-19, 20-39 y 40-64. Los controles económicos incluyen la tasa de desempleo y el ingreso familiar medio. Los controles de política estatal incluyen el impuesto a la cerveza, el impuesto a cigarrillos, e indicadores del consumo despenalizado o legalizado de marihuana recreativa.
En líneas generales, la sustitución entre alcohol y marihuana –y el menor costo de conseguirla ante su legalización recreativa- sería un escenario positivo también para el caso peruano, pues además de los alarmantes índices de alcoholismo en el país, fumar marihuana es menos peligroso que el alcohol en múltiples niveles: produce un menor daño fisiológico al bebedor, además de menores daños a los demás (i.e. agresividad, manejo irresponsable, etc.).
¿La marihuana podría traer, además de los beneficios directos, otros indirectos a los países de la región? ¿Podría ser el cannabis el comienzo de una política pública de solución alos problemas de alcoholemia en el país? ¿Qué otros efectos positivos pueden acarrear las leyes de consumo de marihuana? Queda, entonces, abierta una segunda etapa de la discusión sobre la legalización completa o no de la marihuana.
[1] Georgia State University. Muchas gracias a Angelo Cozzubo por generosa asistencia de investigación.
[2] http://www.minsa.gob.pe/?op=51¬a=25641
[3] https://gestion.pe/tendencias/peru-tercer-pais-consume-alcohol-region-96077
[4] http://rpp.pe/lima/actualidad/minsa-alcohol-causa-75-de-muertes-por-accidentes-de-transito-en-lima-noticia-398474
Saludos, buena lectura, os dejamos un aporte más sobre el Cannabis Medicinal