¿Por qué votamos como votamos en el Perú? Reflexiones de dos economistas

En dos entregas anteriores presentadas en este blog el año pasado, identificamos y analizamos los factores determinantes del voto presidencial en el Perú durante la contienda electoral del 2016, en base a técnicas estadísticas y econométricas.

En el primer artículo se explicaron los resultados de la primera vuelta y, a partir de un análisis de coeficientes de correlación, sugerimos la importancia que había tenido el factor económico para el voto de aquellos candidatos que representaban la permanencia del sistema económico, sobre todo, de PPK. Por su parte, aquellos que no recibían dichos beneficios- los más pobres- se inclinaban por opciones que representaban todo lo contrario, opciones como Verónica Mendoza y Gregorio Santos que constituían la izquierda radical del país. Sin duda el “homo economicus” fue importante en la primera vuelta.

En forma posterior al balotage, el segundo artículo se encargó de explicar por qué ganó el que ganó.  En efecto, a partir de un análisis de regresión, se encontró que los determinantes de la primera vuelta perdían importancia frente a los temas de campaña (inseguridad ciudadana y la corrupción) y la representación que buscaban los grupos indígenas (lengua materna nativa). Entonces enfatizamos, que en la segunda vuelta o balotage los que deciden las elecciones son aquellos cuyo candidato no pasó de la primera vuelta. Y lo que se encontró es que el rol que tuvieron los candidatos era crucial, no había nada predeterminado, se concluyó que el “homo  politicus” primaba en esta segunda etapa.

No obstante lo anterior, estos hallazgos pueden verse limitados, sobre todo, por basarse en el análisis de una sola contienda electoral. En ese sentido, podrían no ser generalizables a la forma en que han votado los peruanos desde que se recreo una economía de mercado a comienzos de los noventa. Por ello, con la intención de generalizar y formalizar los resultados,  en este artículo se revisa un horizonte temporal que cubre las tres últimas elecciones. Los resultados en el 2016, no son un fenómeno aislado como se verá  a continuación.

Metodología

Para el desarrollo de los resultados, se construyó un panel de datos de las distintas provincias del Perú para los tres últimos periodos electorales en que el estimador- ya sea Pool, Efectos Fijos (EF) o Efectos Aleatorios (EA) – es elegido en base a la prueba F, la de Hausman y la de Breusch y Pagan. Los resultados solo se muestran para el estimador sugerido de este ejercicio.

Las variables dependientes fueron definidas como el porcentaje de la población que voto por determinado espectro político en la provincia y momento “i” y “t” respectivamente. En primera vuelta, se definieron cinco categorías: El Fujimorismo, la Derecha, representada por PPK en el 2011 y 2016 y Lourdes Flores en el 2006; la Izquierda, representada por Verónica Mendoza y Gregorio Santos en 2016 y Ollanta Humala en 2011 y 2006; el Centro, conformado por todos los demás candidatos no mencionados aquí; y el voto blanco o nulo (B/N). Para la segunda vuelta, por su parte,  se definieron tres grupos: el ganador, que corresponde a PPK, Ollanta Humala y Alan García en el 2016, 2011 y 2006 respectivamente; el contrincante, representado por Keiko Fujimori (2016, 2011) y Ollanta Humala (2006) y el blanco y nulo (B/N).

La especificación usada para primera vuelta considera las variables usualmente documentadas en la literatura, sobre todo,  las referentes al voto económico- nivel de ingresos o porcentaje de pobres en la provincia “i” en el periodo “t”-, la importancia de la democracia, los temas de campaña, el nivel de educación y la representación- en este caso medida con el porcentaje de la población con lengua materna nativa-. Para la segunda vuelta se siguió una especificación muy similar, en la que la única diferencia vino por incluir el voto por el candidato en primera vuelta. Ello, con la intención de que los demás regesores reflejen el comportamiento principalmente de aquellos votantes que definen la segunda vuelta, es decir, aquellos cuyo candidato en primera vuelta no pasó al balotage.

Estos resultados son brevemente presentados aquí. Una descripción más detallada de los mismos será hecha en una revista académica próximamente.

Primera vuelta

La tabla 1 solo muestra aquellas variables que resultaron significativas además de los signos de las mismas sobre los diferentes espectros políticos.

          Tabla 1: Panel en primera vuelta para 2006, 2011 y 2016*

Fujimorismo
(EF)
Derecha (EA) Centro
(EA)
Izquierda
(EA)
B/N
(EA)
i.  Pobreza 2006 [ingreso] (+) [(+)] [(+)] (+)
i.  Pobreza  2011 [ingreso] [(+)] [(-)] (+)
i. Pobreza  2016 [ingreso] (-) [(+)] (+)
ii. DMI 2006 (+)
ii. DMI 2011 (+)
ii. DMI 2016
iii. Inseguridad ciudadana 2006 (+) (-)
iii. Inseguridad ciudadana 2011
iii. Inseguridad ciudadana 2016 (+)
iv. Corrupción 2006 (-) (-)
iv. Corrupción 2011 (-) (+)
iv. Corrupción 2016 (-) (+)
v. Educación universitaria 2006 (+) (-)
v. Educación universitaria 2011 (+) (+) (-)
v. Educación universitaria 2016 (+) (+) (-)
vi. Lengua madre nativa 2006 (+) (-) (+) (+)
vi. Lengua madre nativa 2011 (-) (-) (+)
vi. Lengua madre nativa 2016 (-) (+) (+)

* Los corchetes indican que la variables no es pobreza sino ingresos. La tabla solo muestra las variables significativas al 5% y 1%.

 

Como se puede ver, en las últimas tres elecciones presidenciales, los candidatos que representan la continuidad del modelo económico, reciben el voto de quienes se ven beneficiados del mismo.  En cambio, los menos favorecidos votan por aquella opción que representa un distanciamiento del modelo económico vigente. En ese sentido, una provincia peruana tiende a votar por la Derecha mientras mayor sea su ingreso promedio. En contraste, el voto de los más pobres estuvo dividido  entre la Izquierda y el B/N.  El centro y el Fujimorismo, por su parte, no muestran que los votantes de estas opciones se encuentren bien definidos. En efecto, el Fujimorismo es una opción trasversal al nivel de ingresos en el Perú, sobre todo, por su carácter populista. Por otro lado, el Centro presenta resultados ambivalentes, al ser una opción bastante amplia y a veces poco definida en materia de política económica. El homo economicus es sin duda importante en esta etapa.

Entre otras variables que vale la pena mencionar se tiene que el porcentaje de la población  con educación universitaria ha impactado sistemáticamente de manera positiva sobre el voto por la Derecha y negativamente sobre el voto por B/N. Por su parte, la lengua materna nativa impacta de manera positiva y sistemática sobre el voto de la Izquierda y el B/N.  Esto último es reflejo de la afinidad que sienten los electores de este grupo con los representantes de este espectro político (Izquierda) o que, en todo caso, no encuentran alguien con el que se sientan a gusto (B/N).

Las demás variables están relacionadas a los temas de campaña que en las diferentes elecciones han sido mejor manejados por los que eventualmente ganaron las elecciones. Por ejemplo, el Fujimorismo, en el 2016, ganó el apoyo de la población que consideraba que la inseguridad ciudadana es un problema muy importante pero aquellos que consideraban lo mismo para la corrupción, no votaron por esta opción política.

Segunda vuelta

Por su parte, los resultados de segunda vuelta confirman los obtenidos en el análisis de los resultados del 2016, previamente analizados en este blog. En efecto como se muestra en la Tabla 2, las variables económicas pierden relevancia; lo que importa es el desenvolvimiento del candidato al tratar los temas de campaña priorizados por el electorado y cuán representativos o cercanos sean de la población hablante de alguna lengua nativa.

Tabla 2: Panel en segunda vuelta para 2006, 2011 y 2016*

Ganador
(Pool)
Perdedor
(Pool)
BN
(EA)
i. Voto en primera vuelta 2006 (+) (+) (+)
i. Voto en primera vuelta 2011 (+) (+) (+)
i. Voto en primera vuelta 2016 (+) (+)
ii.  Pobreza 2006 [ingreso] (+)
ii.  Pobreza  2011 [ingreso]
ii. Pobreza  2016 [ingreso] (+) (+) [(-)]
iii. DMI 2006
iii. DMI 2011
iii. DMI 2016
iv. Inseguridad ciudadana 2006
iv. Inseguridad ciudadana 2011 (-) (+)
iv. Inseguridad ciudadana 2016 (-) (-)
v. Corrupción 2006
v. Corrupción 2011 (-)
v. Corrupción 2016 (+)
vi. Educación universitaria 2006 (-) (+)
vi. Educación universitaria 2011 (+) (+)
vi. Educación universitaria 2016 (+)
vii. Lengua madre nativa 2006 (-)
vii. Lengua madre nativa 2011 (+) (-)
vii. Lengua madre nativa 2016 (+) (+)

* Los corchetes indican que la variables no es pobreza sino ingresos. La tabla solo muestra las variables significativas al 5% y 1%.

 

La no significancia del coeficiente de la variable pobreza [ingresos][2] o incluso que tenga el signo “equivocado” demuestra que la lógica del voto económico se perdió en la segunda vuelta; esto se ve con claridad en el año 2016 (signos contrarios a lo predicho por la teoría del voto económico). En dicho año, aquellas provincias con un mayor porcentaje de pobres tendieron a votar por el ganador (PPK) a pesar que este representará la permanencia del modelo económico vigente. En el mismo sentido, este mismo grupo tendió a votar menos por el B/N a pesar que este era un instrumento para manifestar el rechazo a un modelo que no los beneficiaba tanto como a los demás. Definitivamente, lo que los electores más pobres tenían en mente al emitir su voto por la Derecha no eran los beneficios del modelo económico, sino el rechazo político a otras características de la contrincante.

Asimismo, el tema de campaña de la inseguridad ciudadana estuvo dominado por el Fujimorismo, razón por la que esta variable tuvo un impacto negativo en el voto por PPK. La percepción de la corrupción como un problema, por su parte, tuvo un impacto positivo sobre el voto por PPK, sobre todo, porque este candidato tuvo un mejor manejo de este tema en dicha campaña.

Por último, un hecho que cabe enfatizar es que estos resultados avalan que durante las tres últimas elecciones los votantes nativos –o cuya lengua materna era nativa- han ayudado a definir quién gana las elecciones.  De hecho, esto fue lo que sucedió en las últimas elecciones del 2016 que tras el anuncio público del apoyo al candidato PPK por parte de Verónica Mendoza, sus electores se dirigieron hacia este. Sin duda, en esta etapa, los votantes dejan de  pensar en los beneficios económicos  y  aflora su “homo politicus”.

Reflexiones finales

Habiendo dejado atrás el contexto electoral, resulta útil reflexionar sobre estos resultados. Los economistas, en muchos casos, asignamos un peso desproporcionado al PBI per cápita y al crecimiento económico, descuidando algunos temas institucionales que los electores tienden a valorar mucho más que el PBI pe cápita. La percepción que tenga el electorado de la corrupción y la inseguridad ciudadana como un problema primordial en el país precisamente refleja la debilidad institucional para enfrentar estos problemas. Más aún, el hecho que aquellos hablantes de alguna lengua nativa hayan ayudado a definir al ganador de las tres últimas elecciones realza otra razón por la cual sus preocupaciones deben ser tomadas con toda la seriedad del caso por el “mainstream” político y económico. Por ejemplo, el rechazo que muestran muchos grupos económicos y de economistas a procesos como el de la consulta previa a los grupos indígenas en caso de megaproyectos de inversión, porque supuestamente estos traban la inversión y el crecimiento, refleja un sesgo que no se valida en nuestra democracia.

 

[1]     Profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico y economista de Intelfin respectivamente.

[2]     El caso del 2006 con Ollanta Humala, puede a primera vista, ser la excepción.