Nota publicada el lunes 6 de octubre de 2014 en el periódico Ámbito Financiero, por Guillermo Laborda.
Acertar el valor del dólar (cualquiera de sus variantes) para fin de año es una misión imposible. «Si alguien te dice que lo puede estimar con exactitud, miente», señala Andrés Neumeyer. Doctorado en la Universidad de Columbia y hoy director del Departamento de Economía de la Universidad Di Tella, habló con Ámbito Financiero de las particularidades por las que atraviesa el país. «El déficit fiscal que tiene que financiar el Gobierno en lo que queda del año es muy grande y hay muchas dudas si el BCRA lo financiará emitiendo deuda o emitiendo dinero», señala. Agrega que «si el mercado percibe que se elegirá la primera opción el peso se apreciará, mientras que la emisión lisa y llana de pesos para financiar el déficit resultará en una depreciación mayor». Neumeyer se especializó en trabajos en el campo de la macroeconomía, el desarrollo y las finanzas internacionales que fueron publicados en American Economic Review, Journal of Monetary Economics y Econométrica. Concluye señalando que «una constante en nuestra historia es que la sociedad parecería no apreciar los beneficios de tener una política fiscal equilibrada».
Periodista: ¿Cómo ve el dólar en lo que resta del año?
P.: Pero hay conexión entre los términos de intercambio y el déficit fiscal.
A.N.: Tenés razón. Hay relación entre el precio de nuestras exportaciones y los ciclos fiscales. La Argentina exporta principalmente bienes primarios. Cuando sus precios son altos, el país es más rico, crece la demanda agregada y ello se traduce en demanda de trabajo más alta derivada de la mayor demanda de bienes. Son períodos de auge: aumentan el empleo y el salario real, se aprecia el tipo de cambio y los impuestos a las exportaciones y la mayor actividad económica engrosan las arcas del Estado. Cuando pasa lo contrario, como ahora, ocurre al revés. Se contrae la demanda agregada, caen el empleo y el salario real, necesitás una devaluación real, y caen los ingresos fiscales. Esta situación genera conflictos que la Argentina no maneja bien.
P.: ¿Cuál sería hoy el valor del dólar?
A.N.: Si alguien te dice que lo puede estimar con exactitud, miente. Una variable fundamental en su determinación es la oferta monetaria futura esperada por el público.
P.: ¿Qué herencia le dejará el Gobierno a quien gane las elecciones presidenciales de 2015?
A.N.: Parecería que es cada vez más compleja. A la fase descendente del ciclo de los bienes primarios hay que agregarle que el déficit fiscal se está agrandando, y que las distorsiones de precios relativos también se agrandan. Me refiero al ajuste de los precios de la energía y el del tipo de cambio real oficial.
P.: ¿Puede llegar sin grandes sobresaltos la economía al cambio de Gobierno?
A.N.: El panorama general de la macro argentina es de gran incertidumbre. El BCRA puede financiar al Tesoro con deuda o con emisión de dinero. En enero se puede arreglar tema con los holdouts o no. El Gobierno puede sacar subsidios a la energía porque son caros o los deja, el Gobierno ajusta el tipo de cambio nominal oficial o no. Algunos temen situaciones apocalípticas, pero no sabemos lo que va a pasar. Esperemos que el Gobierno sepa evitarlas.
P.: El precio de los bonos refleja que la Argentina arreglará la deuda en default en enero o si no que lo hará el próximo Gobierno…
A.N.: Exacto. La gente sabe que la probabilidad de que la Argentina pague es alta.
P.: ¿Juzga peligroso el mayor endeudamiento del BCRA vía Lebac?
A.N.: Eventualmente es como una bola de nieve. Es un riesgo a la economía. Es deuda que vence cada mes y tiene una tasa interés nominal que depende de expectativas de inflación. Si la deuda pública (incluyendo la del BCRA) en pesos se hace importante, la situación es delicada y se presta a profecías autocumplidas. Una tasa de inflación esperada alta lleva a tasas de interés nominales altas que alimentan el crecimiento de la deuda, de la emisión y de la inflación. Es un círculo vicioso. La solución a este problema en 1990 fue el plan Bonex, que convirtió deuda de corto plazo del BCRA en bonos en dólares a largo plazo.
P.: Los errores se pueden repetir.
A.N.: Me parece que la historia no se repite. El mundo es distinto; la gente es distinta. No creo que haya determinismo histórico y no creo que volvamos a tener algo como el plan Bonex. No quiero decir que no podamos aprender de la historia, todo lo contrario. Una constante en nuestra historia es que la sociedad argentina parecería no apreciar los beneficios de tener una política fiscal equilibrada.
«Obviamente una cosa en la que la Argentina falla es en mantener presupuestos equilibrados de manera sostenida. Es nuestra falla como sociedad. »
Si, como bien marcás, en la historia argentina fueron muy pocas veces las que se mantuvo un presupuesto equilibrado. Y que los déficits se produjeron con gobiernos populistas, liberales, desarrollistas, milicos (o sea, de todos los espectros políticos), no te parece que esto tiene alguna explicación económica lógica y que no responde a algo políticos? Digo, no será que el déficit es la consecuencia y no la causa del problema?
Saludos.