Déficit Fiscal, Emisión, Inflación y Dólar Blue

Reproducimos hoy una entrevista a Sebastian Galiani en Ámbito Financiero del 9 de Abril de 2013 que aún mantiene vigencia.
P.: Así, da la sensación de que no se encuentra solución fácilmente para el sistema cambiario tal como está, pero tampoco ingresan tantos dólares.

S.G.: El tipo de cambio oficial está atrasado. Esto no sólo desestimula la producción de bienes comercializables, sino que hace que los productores de soja prefieran esperar para vender su producción, dado que ésta es almacenable, y que la devaluación esperada ofrece la perspectiva de obtener una ganancia mayor que cualquier otra alternativa financiera.

P.: ¿Serviría un desdoblamiento formal en el mercado de cambios?

S.G.: Podría funcionar mejor que el esquema actual, especialmente si ello hace que las importaciones se regulen vía precio y no vía el esquema de racionamiento arbitrario que prevalece. Pero no nos engañemos, tiene que haber un cambio en los precios relativos. Además, seamos claros. Si el Gobierno no elimina el déficit fiscal, y por tanto el Banco Central lo sigue financiando, cualquiera sea el esquema cambiario, nuestra moneda se seguirá depreciando. En el mediano plazo, el déficit fiscal financiado con emisión monetaria siempre termina en inflación y devaluación de la moneda.

P.: ¿O sea que cree que el tipo de cambio oficial tiene que devaluarse?

S.G.: Sí, lamentablemente, a esta altura no veo alternativa. Sería bueno que el Gobierno lo haga ordenadamente. Para esto debería lograr que la devaluación tenga efectos reales en la economía. Y para contener las expectativas inflacionarias, es necesario que también se elimine el déficit fiscal. Idealmente, sería deseable tener un programa económico consistente. Pero, de mínima, es necesario que el Gobierno logre que la depreciación del tipo de cambio nominal se transforme en una devaluación real al tiempo que cierra la brecha fiscal.

P.: Entonces, ¿sigue sosteniendo que es esencial que el Gobierno ajuste las cuentas fiscales?

S.G.: Sí, por supuesto. Vengo sosteniendo que el Gobierno debía recuperar el superávit fiscal desde hace varios años. El nivel de gasto público real actual no es sostenible. Ordenada o desordenadamente, el ajuste se va a ir dando.

P.: ¿Por qué cree que el gasto público creció tanto?

S.G.: En parte, es el reflejo del tipo de cambio real. Hay que recordar que el Gobierno gasta principalmente en bienes no transables internacionalmente. Pero en buena medida es el resultado del crecimiento descontrolado del gasto público durante la gestión kirchnerista. Y por descontrolado me refiero a la falta de control político que tuvo el Poder Ejecutivo durante todo el período. Gasto clientelar, subsidios ineficientes, empresas públicas pésimamente administradas, etcétera.

P.: Sin embargo, a pesar de que el gasto público ha aumentado tanto, las demandas sociales también han crecido.

S.G.: La situación es seria. El Estado argentino gasta la mitad del PBI y los ciudadanos no reciben mucho a cambio de ello. Un ejemplo es lo que pasó con las inundaciones. La ausencia estatal fue desoladora. En Suecia el Estado gasta la mitad del producto, pero provee educación y salud pública de calidad, no hay problemas de seguridad y la Justicia funciona eficientemente. En la Argentina, nada de esto ocurre. La verdad, hoy se habla mucho del rol del Estado en la economía, pero éste es incapaz de proveer apropiadamente hasta los bienes públicos clásicos.

P.: Investiga sobre desarrollo económico. ¿Cuál es el fenómeno más interesante en la actualidad?

S.G.: Sin dudas, el resurgimiento de Asia, motorizado por el fenomenal crecimiento que se viene dando en China desde que se inició el proceso de reformas que dejo atrás el comunismo y convirtió a China en un país con una economía de mercado.
Entrevista de María Iglesia