Cuánto costaría eliminar los subsidios y aumentar las tarifas en el AMBA?

Se acaban de difundir las cifras de subsidios económicos otorgados por el gobierno nacional durante el año 2013. De la totalidad de $ 134 mil millones erogados por el gobierno el año pasado la factura más voluminosa fue la energética ($ 81 mil millones en total) con $ 31 mil millones a la empresa estatal ENARSA encargada de importar gas natural a precios muy superiores a los que pagamos los usuarios finales cubriendo el déficit generado con fondos públicos. Algo similar ocurrió con CAMMESA, la empresa encargada de la administración del mercado eléctrico mayorista, que recibió $34 mil millones de subsidios utilizados para cubrir la diferencia entre lo que cuesta generar electricidad (con costos reales de los combustibles) y lo que efectivamente pagan los consumidores finales. La lista no concluye ahí ya que el gobierno también subsidia trenes, colectivos, el servicio de agua y cloacas en el AMBA, aviones, obras viales, satélites, etc. Qué porcentaje de dichos subsidios sin embargo fueron a parar a los bolsillos de los habitantes del AMBA que concentra el 32% de los habitantes de Argentina?

Empecemos por la electricidad. Los subsidios a la electricidad otorgados a los habitantes del AMBA se pueden estimar fácilmente en función de la cantidad de energía que consumieron y en función de los precios mayoristas de la electricidad (con subsidio) que pagaron (y trasladaron a sus usuarios) sus distribuidoras Edenor y Edesur frente a los que deberían haber pagado (costo monómico real).[1] Realizando el mismo cálculo para el resto del país se puede obtener el porcentaje del subsidio total a la electricidad que fue a los habitantes del AMBA. Asumiendo que sólo los usuarios residenciales recibieron subsidios, el AMBA consumió el 46.1% de la totalidad de los subsidios al precio mayorista de la electricidad ó $ 15.6 mil millones (i.e. 46.1% de $34 mil millones). En el caso del gas, el consumo residencial de las 2 distribuidoras del AMBA (BAN y Metrogas) representó en 2013 el 37% del total de consumo residencial de gas del país por lo que se puede asumir que dicho porcentaje también corresponde al monto recibido en subsidios (i.e. 37% de $31 mil millones ó $11.500 millones). Por último, la empresa de agua y saneamiento AySA recibió subsidios directos por más de $ 7 mil millones y las empresas de autotransporte de pasajeros que prestan servicios en la CABA y sus 20 partidos aledaños recibieron $4.6 mil millones. La suma total en subsidios a esos 4 servicios fue de $ 39 mil millones el año pasado, dividiendo los subsidios por el total de usuarios que usa cada servicio en el distrito se puede tener una idea de “cuánto le tocaría” (en promedio) a cada uno, unos $9.500 por año u $795 por mes (Ver Cuadro).

Lamentablemente la historia no termina ahí, no solamente porque hay más servicios subsidiados no considerados en este estudio (i.e. aviones, trenes, subtes, peajes, etc.) sino porque también hay que aumentar las tarifas de las empresas distribuidoras de electricidad y gas que permanecen congeladas desde el 2001 y que, contrariamente a lo que todo el mundo supone, no reciben subsidios de nadie. Este ejercicio es un poco más complicado pero el artículo 40 de la Ley 24.065[2] (eléctrica) y el artículo 38 de la Ley 24.076[3] (gas) estipulan que los ingresos de las distribuidoras deben ser suficientes para cubrir costos operativos, amortizaciones, impuestos y una rentabilidad razonable sobre el capital invertido. Usando datos de los estados financieros de las compañías del año 2013 para los costos operativos, asumiendo un capital invertido similar al activo fijo de cada empresa a diciembre del 2001 pero ajustado por el IPIM acumulado entre diciembre del 2001 y diciembre del 2013 (+555%), asumiendo además que las inversiones históricas (i.e. altas de bienes de uso) realizadas por las compañías entre el 2002 y el 2013 fueron similares a las depreciaciones del activo fijo[4] y asumiendo una tasa (real) de rentabilidad del 11%,[5] los ingresos adicionales requeridos por las distribuidoras de electricidad (Edenor y Edesur) y de gas (BAN y Metrogas) serían de $6.9 mil y $1.5 mil millones respectivamente.[6] Dividiendo dichos ingresos adicionales por la cantidad de usuarios que usa cada servicio nuevamente se tiene una idea de “cuánto le tocaría” pagar a cada usuario (Ver Cuadro).

Subsidios al AMBA

El cuadro adjunto ilustra que si el gobierno nacional decidiera terminar con la política de subsidios a los precios mayoristas del gas, la electricidad y las tarifas de agua, transporte y además decidiera ajustar las tarifas de distribución de gas y electricidad en el AMBA, los usuarios (residenciales, comerciales e industriales) de todos esos servicios deberían (en promedio) aumentar su gasto mensual en $940. Obviamente, si a dichos aumentos los tuviera que pagar sólo el sector residencial (que es el objeto principal del subsidio), el monto por usuario sería muy superior.[7] Además y dado que este monto mensual es sólo un valor promedio por usuario, si quisiéramos excluir del aumento a los usuarios de más bajo nivel de ingresos ó un 30% del total (deciles 1 a 4 según la Encuesta de Gastos del 2004-2005) el aumento debería ser pagado por el 70% de los usuarios y el gasto mensual adicional subiría de $940 a $1.342 por usuario y por mes. Finalmente, estos montos deberían elevarse al agregar impuestos nacionales, provinciales y municipales (no menos del 30%) y agregar otros servicios subsidiados por el estado como son trenes, subte y obras viales y tarifas de transporte de gas y electricidad no incluidas en este estudio.[8]

En síntesis, todo parece indicar que llegó el momento de pagar la factura de 12 años de populismo, cómo se va a concretar el sinceramiento de precios y tarifas es la pregunta del millón, pero como dijera cierta vez Ayn Rand “We can evade reality, but we cannot evade the consequences of evading reality»


[1] Los precios con subsidio de todas las distribuidoras están en el Anexo I de la Resolución SE 2016/12 en http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/205000-209999/205273/norma.htm y para el caso de Edenor y Edesur fueron de 84 y 88 $/MWh respectivamente mientras que el costo monómico de la electricidad para todo el año 2013 según Cammesa fue de 392 $/MWh en promedio para todo el país. Los consumos por distribuidora para el 2012 están en http://www.energia.gov.ar/contenidos/verpagina.php?idpagina=3467.

[4] En realidad este es un supuesto conservador ya que las altas de bienes de uso de las distribuidoras empezaron a ser inferiores a las depreciaciones a partir del 2002.

[5]Este es, a todas luces, un WACC muy bajo para las empresas hoy (en pesos o en dólares) sin embargo si se asume que las distribuidoras serán sólo OpCos o comercializadoras sin requerimientos de inversión en el futuro y por ende sin riesgo regulatorio o expropiatorio, un 11% real comienza a sonar un poco más razonable. Además es la tasa de descuento utilizada por un estudio tarifario realizado por la Facultad de Ingeniería de la UBA y encargado por Edesur para el año 2012.

[6]Estos montos representan el salto de ingresos que deberían experimentar las distribuidoras durante el año de su revisión tarifaria integral. Para los años subsiguientes las tarifas deberían incrementarse para mitigar la inflación de costos y remunerar eventuales inversiones adicionales por encima de la depreciación.

[7] En electricidad sólo el 37% del consumo es residencial y en gas es de sólo el 30% con lo cual si al aumento lo pagaran sólo los usuarios residenciales el aumento del gasto mensual subiría de $251 a $678 en electricidad y de $250 a $833 en gas.

[8] Estos cálculos fueron realizados con valores anteriores a la devaluación del peso argentino de enero del corriente año lo cual subestima los subsidios.