Desde hace varios años, los medios de comunicación reflejan la “falta de vacantes” para alumnos del nivel inicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), sobre todo para chicos de 0 a 3 años ya que desde hace un tiempo casi no hay reclamos al respecto para chicos de 4 y 5 años.
El intervalo “de 0 a 3 años” no es caprichoso ni metafórico: la Constitución de la CABA garantiza educación pública y gratuita desde los 45 días de edad y si bien no hay leyes que la reglamenten, la Justicia ya advirtió muchas veces que así como la Constitución lo proclama, así debe cumplirse, incluso considerando que en la retahíla de leyes educativas sancionadas desde 2003 ninguna avala el criterio constitucional de la CABA. Téngase en cuenta que los padres de los chicos no están compelidos por el Estado a escolarizar a sus hijos; aquel, apenas, obliga a al poder ejecutivo a proveer las vacantes a todos aquellos que quieran ocuparlas.
Esta situación se amplifica a partir de la desventura de la denominada “inscripción online” implementada en 2013 como mecanismo de matriculación para el ciclo lectivo de 2014. El nuevo sistema es centralizado y a distancia en reemplazo de la vieja práctica descentralizada y personalizada, realizada en cada escuela. No es propiamente “on line” –aunque se use una computadora- porque el software no permite que el usuario pueda corroborar en línea el destino de sus datos ni la obtención o no de la vacante pretendida en relación con los otros usuarios. No hay ningún estado de conectividad en la realización del trámite salvo en el inicio: el papá o la mamá completa una planilla, pulsa enter y espera que unas semanas después el sistema le asigne -o no- la vacante pretendida.
Pero los problemas de vacantes en el nivel inicial, como varios ya lo han hecho notar, preexistía a estas dificultades en la inscripción.
Todos los años se abre un nuevo capítulo de la querella por las vacantes en la CABA, entre los funcionarios de turno por un lado y los medios, las ONGs y organismos que se dedican al tema -como la ACIJ y la Defensoría del Pueblo- por el otro. Querella gobernada, entendemos, por un gran malentendido.
Los funcionarios gritan algo así como “Somos el único distrito argentino que tiene una altísima cobertura para el nivel inicial y la cobertura de la educación pública crece año a año, ¿Por qué se fijan en la CABA y no en las demás provincias?”
Los medios, por su lado, responden con titulares del tipo “Faltan 7000 vacantes de jardín de infantes en la Ciudad” y las organizaciones mencionadas argumentan con frases como “El distrito más rico del país no debe tener chicos fuera del jardín de infantes máxime cuando la ley así lo indica taxativamente”. Este reciente artículo resume muy bien todo el escenario.
¿Quiénes tienen razón en esta querella? Parece que todos tienen razón y ahí nuestra excusa para saltar del debate político a un análisis que, creemos, puede enriquecerlo.
En primer lugar, la escolarización del nivel inicial en la CABA está sostenida por las escuelas privadas, al igual que el resto de los niveles del sistema educativo. 2008 fue el año de mayor participación privada sobre el total y a partir de 2009 se va recuperando la educación estatal.
¿Pero hay o no más vacantes para los chicos de 0 a 3 años? El cuadro siguiente es revelador:
CABA. Matrícula del Nivel Inicial en salas de 0 a 3 años 2002-2012
*Fuente: elaboración propia en base a Argentina, Ministerio de Educación. DiNIECE
**ACIJ, Falta de vacantes en el nivel inicial de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2013. Hasta 2008 incluye de 0 a 5 años
La Ciudad eleva significativamente su número de alumno de 0-3 años en la educación inicial en las escuelas públicas aunque para el mismo período la matrícula privada es mayor y además crece muchísimo más que la pública (más de 20 puntos).
Pero a la vez, el cuadro muestra que este crecimiento no es suficiente. En la columna de la derecha se nota que la cantidad faltante de vacantes no responde linealmente a la aparición de nuevas vacantes en escuelas públicas. Obsérvese que para el ciclo lectivo 2009 se da un incremento relevante de vacantes en la escuela pública y a la vez una baja muy significativa de las vacantes no cubiertas lo que, en teoría, hubiera debido tranquilizar a los dos oponentes de la querella: era la situación ideal y fue el mejor año de toda la serie.
Pero la tranquilidad duró poco: a partir de 2010 las vacantes siguieron incrementándose con un promedio de más de 1100 nuevos espacios anuales disponibles, pero la demanda insatisfecha volvió a crecer y el crecimiento de la matrícula de la escuela privada se mantuvo constante, excepto su baja de 2010.
¿La situación le da la razón a los que reclaman el cumplimiento de la Constitución de la CABA y la apertura de todas y cada una de las vacantes de jardín hasta saciar la demanda de las familias, reduciendo la educación privada a un nivel crecientemente residual?
Si así fuera, se reafirmaría “el dogma del Estado benefactor” que tan bien describe Juan Esteban Carranza en este post de Foco Económico: tendrían razón quienes “[…] albergan una fe ciega en que una vez se establezca el “derecho”, el estado podrá mágicamente producir todos los servicios que se demanden”
Pero las familias tienen un comportamiento menos simplista cuando eligen la educación y de hecho muchas pagan por lo que tienen gratis ya sea porque consideran insuficiente lo que les brinda lo que es gratuito, o quieren autosegregarse, o pretenden diferenciarse o muchos etcéteras, como muestran innumerables estudios. Más vacantes en la escuela pública no garantizan su utilización efectiva como muestra el nivel primario de CABA, con una enorme capacidad ociosa en los barrios en los que la clase media manda a sus hijos a escuelas privadas.
La pregunta que seguramente se hacen los funcionarios es: ¿cuál será el punto de equilibrio para la matrícula estatal/privada para las salas de 0-3 años?. En otras palabras, los funcionarios suspiran ¿cuándo la demanda insatisfecha por vacantes en el sector estatal va a estabilizarse, como lo hizo la de 4 -5 años? La respuesta no la tenemos pero una pista, sin embargo, la puede dar el siguiente cuadro:
CABA. Matrícula de Primer Grado 2002-2012
Fuente: elaboración propia en base a Argentina, Ministerio de Educación. DiNIECE
El porcentaje de alumnos en primer grado de la primaria pública de la CABA, no deja de caer (8 puntos porcentuales en una década, nada menos) y en 2011 consiguió su piso histórico inferior al 50%, siendo este un punto de equilibrio posible. Viendo estas cifras, las vacantes del nivel inicial todavía tienen un largo camino que recorrer.
Como sea, sólo el planeamiento que se haga respecto de la apertura de nuevas salas con nuevas vacantes para chicos de 0-3 años y el destino de prestigio- o desprestigio- que asuma la escuela pública gratuita permitirá entender cuál será la forma en que la querella será resuelta. Si es que se resuelve. Si no, nuevos capítulos comenzarán al inicio de cada año escolar.
Mariano Narodowski y Carolina Snaider, Área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella