El estacionamiento es un problema en muchas grandes ciudades del mundo y Buenos Aires no es una excepción. El crecimiento del parque automotor y la gratuidad del espacio público para estacionar generan un exceso de demanda e ineficiencias de congestión. Un simple mecanismo de precios que aproveche la tecnología de transmisión información existente puede resolver este problema.
El problema del estacionamiento es un problema clásico de la economía: ¿cómo asignar un bien escaso? En este caso hay un número limitado de espacios para estacionar en la vía pública que hay que asignar entre aquellos que quieren estacionar. Para simplificar pensemos que el numero de espacios para estacionar esta fijo.
Si el número de espacios de estacionamiento es menor que la demanda entonces no existe el problema de escasez y su precio es cero. Nadie esta dispuesto a pagar extra por estacionar si hay mucho lugar en la calle. Este es el caso típico en barrios residenciales y el que naturalmente surgió con el advenimiento del automóvil, acostumbrándonos a la idea del estacionamiento gratuito en la vía pública.
Cuando la demanda excede el numero de espacios disponibles para estacionar hay un problema. Es necesario contar con un mecanismo para asignar los espacios disponibles entre los usuarios que los desean. El mecanismo actual lo podríamos describir como uno en el que el primero que llega, estaciona. Este sistema hace que existan autos que están girando en busca de lugar para estacionar aumentando el tráfico (entre 8% y 74% del tráfico en zonas congestionadas). Este es un sistema ineficiente porque los lugares no van necesariamente a los que mas los valoran y porque los automovilistas al tomar sus decisiones no tienen en cuenta el costo que le imponen a los demás al ocupar un lugar.
El sistema ideal para asignar los espacios escasos de estacionamiento es el mecanismo de precios. La ciudad, dueña del espacio, podría poner un precio al estacionamiento que induzca un equilibrio entre la oferta y la demanda. Este mecanismo le asigna los espacios a los que mas los valoran e induce a los automovilistas a reconocer el efecto que sus acciones tienen sobre los demás. El precio del estacionamiento reflejaría el valor del “daño” que la que estaciona le hace a otra automovilista que quiere ese espacio. Al darle un valor que refleja su escasez a los espacios para estacionar este sistema genera incentivos socialmente beneficiosos ya que al decidir dónde estacionar, comprar un auto o elegir el auto como medio de transporte para un viaje puntual, los automovilistas tomarán en cuenta el costo de consumir este recurso escaso que es el espacio para estacionar. Un precio que refleje el valor del espacio de estacionamiento también es un desincentivo a usar el auto para ir a zonas congestionadas y tiene un efecto beneficioso sobre el tránsito. Reduce el transito lento de automovilistas buscando espacios para estacionar y estimula el uso de transporte público, taxis y remises ( y arreglos como car2go).
Usemos esta lógica para analizar las propuestas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para lidiar con el problema del estacionamiento.
La propuesta del estacionamiento medido en una gran área de la ciudad es un paso en la dirección correcta. Habría que empezar a pagar en las calles y avenidas de barrios con mayor congestión vehicular. El proyecto contempla además tres tipos de tarifas. En algunas calles se pagará un precio único y en otras un precio progresivo que subirá por cada hora que se deje el auto estacionado. A su vez, esta tarifa se dividirá en Progresiva 1, para las cuadras con más demanda, y Progresiva 2, para las calles aledañas a esas vías. En tanto, las personas que viven en esas cuadras tendrán un descuento. Se cobrará por estacionar de lunes a viernes de 8 a 20 y los sábados de 9 a 13. El precio por hora y las escalas de las Progresivas los establecerá el Ejecutivo y serían de $6 la tarifa base, y luego $8 en la segunda hora, $10 en la tercera y $12 desde la cuarta en adelante. Los autos mal estacionados por más de media hora serán inmovilizados con el cepo. El dueño tendrá media hora para pegar una multa. Pasado este lapso, el auto sería acarreado. Además, el proyecto establece que el estacionamiento se podrá abonar con muchos medios de pago, incluidos tarjeta de débito y cobro por SMS.
A pesar de ser un paso en la dirección correcta, la propuesta puede ser mejorada en varias dimensiones. Primero, la escasez de espacios para estacionar varia en le tiempo y geográficamente. El exceso de demanda varía con la actividad comercial de la zona y con la densidad de vehículos sin garaje de sus habitantes. El precio del estacionamiento podría ser distinto para cada cuadra con parquímetro y las bandas horarias en que se aplica cada precio podría variar según la demanda de cada cuadra en cada banda horaria. No es lo mismo una zona de oficinas que una zona de restaurantes. Eliminar el exceso de demanda, va a requerir distintos precios en distintas zonas y horarios. El precio único va en la dirección correcta pero no elimina el problema. Segundo, el sistema puede discriminar precios entre distintos grupos. La propuesta Macrista beneficia a los residentes de cada barrio. En mi opinión, esto es un error ya que le da una señal incorrecta a los vecinos sobre el valor del espacio público que ocupan sus autos. Sería mejor que no tengan este subsidio al estacionamiento así cuando compran un auto tienen en cuenta el costo social de estacionarlo. Por otro lado, yo establecería un precio gratis o lugares reservados para lisiados. Finalmente, pondría soluciones de estacionamiento inteligente, como sensores que informen a través de carteles en la vía pública y aplicaciones en teléfonos inteligentes la disponibilidad y el precio de los parquímetros con lugares libres. Sistemas de este tipo funcionan en San Francisco , Los Angeles, y Denver (en la ciudad de Nueva York para las bicicletas). Esto ayudaría a eliminar el tráfico de gente buscando dónde estacionar.
Muchas personas en Argentina (con alto nivel de educación) no entienden que el tren gratis, el subte a $2 o la electricidad y gas a $20 en la ciudad mas rica del país es inviable. Dudo mucho que entiendan esto, es como hablarle a la pared, me imagino sus caras ante un sistema de precios que fluctúa minuto a minuto según la demanda.
Espero que se de y se ejecute correctamente, pero debo admitir que soy muy pesimista ante la reacción del electorado.
En general estos sistemas no fluctúan minuto a minuto, tratan de que en promedio haya un lugar libre por cuadra. Es un sistema de prueba y error hasta que se encuentra el precio que logra esta situación. El beneficio es que se pierde mucho menos tiempo en estacionar y que también se libera mucho la calle ya que se elimina el tráfico de autos dando vueltas para encontrar lugar para estacionar. Estamos acostumbrados a este tipo de sistemas en casi todas las transacciones que realizamos.
Interesante e importante tema. Pero me pregunto si además no habrá que aumentar drasticamente el precio del peaje de ingreso a la Ciudad.
El precio del peaje mas el del estacionamiento debería acercarse a la predisposición a pagar por parte de los que entran a la ciudad en auto. Si se aumenta el peaje, baja en equilibrio la predisposición a pagar por estacionamiento. Esto implica transferencia de rentas desde los propietarios de las playas hacia el gobierno de CABA (si este recauda los peajes).
Por supuesto, en la medida que mejora el acceso mediante transporte público, baja el WTP para circular en automóvil, y por lo tanto baja la congestión.
¿Se podrán transferir recursos generados x peaje para mejorar este transporte público?
Interesante idea, aunque hay que tener en cuenta que no todos los puntos de acceso a CABA tienen peaje (sólo en zona norte, Panamericana, Av. Constituyentes, Av. Maipú y Av. Libertador). Por lo tanto, cabría suponer cierto desvío de tráfico hacia arterias sin peaje, lo que agravaría el problema de la congestión en ciertos puntos de acceso. Obviamente, esto implica un costo no monetario para quienes ingresan a la Ciudad y no desean abonar peaje, pero también genera externalidades negativas sobre otros (residentes y comerciantes de la zona). No sería justo para los afectados, aunque podría combinarse el esquema con una compensación a los afectados (reducción de ABL, II BB, etc).
Marcos, gracias por el comentario. Tu inquietud acerca del precio correcto para el peaje es válida. Hay un gran sistema en el que todo esta interconectado. Sin embargo, el margen de usar la autopista y los lugares de estacionamiento son distintos. Lo ideal sería poner el precio de los lugares para estacionar para que, en promedio, en cada franja horaria haya un lugar libre en cada cuadra, y el de las autopistas en el nivel en el cual se elimine la congestión en cada via de acceso en las franjas horarias relevantes. Cuanto mas instrumentos de precio se puedan usar la ciudad, o el AMBA, van a tener mas capacidad para regular mejor la congestión de tráfico y de estacionamiento.
El uso de los recursos generados por estas fuentes de ingreso para la CABA es un tema distinto del del precio correcto del estacionamiento y el peaje. Usar los recursos para mejorar el transporte público es una buena idea.
En realidad el costo de estacionar en la via publica no es cero en la actualidad. Aun cuando no haya medidores el costo de oportunidad del tiempo para encontrar un lugar donde estacionar sin pagar puede ser muy alto, sobretodo en los momentos de mayor demanda. Pero si es cierto que el sistema de racionamiento actual (first come first serve) no es eficiente porque una vez que uno encontro un lugar tiene incentivos a permancer ahi mas que el tiempo optimo. Habria que ver si el nuevo sistema funciona o no. Igualmente hay que tener en cuenta que calcular el «impuesto» optimo es muy dificil porque eso requiere valuar una externalidad (si alguna vez trataron sabran lo dificil que es). Un libro recomendable: The High Cost of Free Parking de Donald Shoup (UCLA).