Por Soledad Arellano
Columna publicada en El Mercurio, 19 de agosto de 2012.
Esta columna es respuesta al artículo «Malas prácticas y la Casen» de Dante Contreras y Andrés Velasco publicado en La Tercera (13∕08∕12) y en FocoEconómico (16∕08∕12)
Es sorprendente la liviandad de la discusión en torno a la encuesta Casen, la que sólo aleja el debate de lo que más importa. Aún así, creo importante aportar antecedentes que muestren el rigor con que el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) ha abordado esta materia.
La mayoría de los cambios implementados en Casen 2011 no son casuales, sino que responden a sugerencias realizadas por la Comisión de Técnicos convocada el 2010 por el MDS para hacer una completa revisión de esta encuesta. La información está disponible en la web desde febrero de 2011.
1.- Submuestras: La Comisión Casen recomendó usar información de ingresos de un período más largo. Alargar el período muestral, sin más cambios, habría afectado la comparabilidad con series anteriores, por ello MDS definió aumentar el trabajo de campo a 14 semanas, separándolo en dos submuestras, cada una con representatividad nacional y regional. De este modo se logra construir una línea base para el ingreso trimestral (además del mensual), mejorar la calidad de los datos y, al mismo tiempo, mantener la comparabilidad, pues todo lo que se ha reportado utiliza la segunda submuestra, tomada en el mismo período que en encuestas anteriores (el grueso en diciembre y porcentajes menores en noviembre y comienzos de enero).
Por primera vez el tamaño muestral se definió con el objetivo específico de aumentar la precisión de las estimaciones regionales y contando con asesoría del INE.
2.- Bono: Generó preocupación el tratamiento dado al bono de $10 mil entregado el 2011 como parte de la Asignación Social. Para poner en contexto esta discusión, el valor promedio por persona declarado en la Encuesta Casen por concepto de Asignación Social fue de $7.659, por debajo de los $8.308 estimados por MDS para esa fecha (incluyendo el bono mensualizado). El bono benefició a 166 mil familias, pero sólo 73 mil núcleos (45%) declararon recibir el beneficio, lo que da cuenta de mucha subdeclaración. El MDS propuso a la Cepal una fórmula para imputar el valor de la Asignación Social que incluía una mensualización del bono. Cepal consideró, sin embargo, que la subdeclaración de esta variable era alta y que su efecto era marginal en los resultados, por lo que no acogió la propuesta del MDS e imputó el valor directamente reportado.
Para despejar toda duda del efecto que esto podría tener en la tasa de pobreza, realizamos el ejercicio más estricto que se puede implementar: simular que ni el bono ni las transferencias monetarias se entregaron el 2011, es decir, eliminamos la Asignación Social. En tal caso, la pobreza sería 0,1 puntos mayor y la pobreza extrema lo sería en 0,08 puntos. Ello implica que el efecto del bono es menor a 0,1 puntos de pobreza. Espero que este cálculo tranquilice a quienes pensaban que el efecto de este bono sería similar a los del 2009 (1 punto de pobreza).
3.- Nuevas preguntas: Se cuestiona la inclusión de preguntas adicionales. Al respecto, se olvida que en toda encuesta las preguntas se incluyen con el objetivo de tener la mejor foto del momento. Esto es algo que siempre se ha hecho y está bien. Llama la atención la preocupación que se plantea ahora, pues el cambio realizado es bastante menor respecto al del 2006, cuando se incluyeron al menos 19 nuevos registros de ingreso, que probablemente tuvieron efecto en las estimaciones de pobreza. En todo caso, si la Cepal las aceptó, antes y ahora, es porque era la mejor opción y no generaba problema. Por lo demás, así lo manifestó el encargado de la Cepal cuando dijo que los resultados eran comparables con los de 2009.
4.- Margen de error: Finalmente, sorprende la liviandad de la discusión respecto del margen de error. El diseño muestral de la Encuesta Casen 2011 considera un margen de error esperado de ±0,7pp, información disponible y pública en julio de 2011. En el análisis público, mis colegas economistas hacen un uso incompleto de esta información. Lo correcto es afirmar que si el error efectivo es igual al estimado, con 95% de confianza, la tasa de pobreza de la población está en cualquier punto entre 15,1% y 13,7%, siendo ambos extremos igualmente probables. En otras palabras, a quienes plantean que la pobreza se ha estancado, usando el mismo argumento, yo podría responder que el 2011 igualamos el nivel de pobreza más bajo de la historia Casen. ¿Tiene sentido? No vamos a entrar en esa discusión. El objetivo del margen de error es llamar la atención a los investigadores acerca de un aspecto de la calidad de los datos (el error de muestreo). Son muchos otros los que se deben considerar, como los indicadores de empleo y salarios. Nos guste o no, todos ellos son consistentes con una caída en pobreza y desigualdad.
Realizamos el ejercicio más estricto que se puede implementar: Simular que ni el bono ni las transferencias monetarias se entregaron el 2011, es decir, eliminamos la Asignación Social. En tal caso, la pobreza sería 0,1 puntos mayor”.