CARTA ABIERTA A LOS GOBIERNOS DEMOCRATICOS DEL MERCOSUR

Los abajo firmantes compartimos y respaldamos la enérgica condena a la ruptura del orden democrático en Paraguay, expresada en la Declaración de los Estados partes y Estados asociados del MERCOSUR del pasado 24 de junio, así como la decisión de suspender la participación de Paraguay en la Cumbre de Mendoza.

Gracias a los aprendizajes de los años 80 y 90, así como a los avances democráticos y en materia de integración en Sudamérica, la región cuenta en la actualidad con sus propios instrumentos legales, los recursos institucionales y la voluntad política para reafirmar la defensa del Estado de Derecho como un bien público regional. Como se sabe una parte esencial de la gobernabilidad democrática se sustenta en la convivencia entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial con el deber compartido de evitar polarizaciones y soluciones extremas que comprometan y deterioran la legitimidad de las instituciones republicanas. El quiebre del orden democrático en Paraguay fue un acto irresponsable, costoso y peligroso para los propios paraguayos.

Hoy los países miembros y asociados de MERCOSUR tienen en sus manos instrumentos de disuasión que, de ser utilizados, podrán asfixiar la economía paraguaya y afectar el bienestar de su población. Sin embargo, ese seria un camino sin retorno de reactivación de sentimientos nacionalistas que solo causaría daños a la sociedad paraguaya y aislaría a este país, apartándolo de su entorno regional y convirtiéndolo en una pieza de desunión en Sudamérica. Los sectores internos y externos más exitosos serian los que apuestan a la violencia política, al delito transnacional y la erosión de la integración en la región.

La ampliación de los beneficios generados por las hidroeléctricas construidas con los vecinos de Paraguay así como la expansión de formas de cooperación horizontal entre las naciones del Cono Sur ha emostrado, en los años recientes, las ventajas de los vínculos intra-regionales para la sociedad de Paraguay. Las posibilidades de que este proceso pueda profundizarse a favor de la sociedad y de la economía paraguaya estarán inevitablemente afectadas hasta que se normalicen las condiciones de gobernabilidad democrática en Paraguay.

Como segmento crítico y constructivo de nuestras sociedades, queremos y debemos cooperar para que Paraguay retome rápidamente y de modo sustentable el sendero de la democracia. Creemos que existen aportes desde la región que podrán contribuir en este sentido sin herir a la sociedad y a las instituciones políticas paraguayas en su proceso de pacificación e reconciliación.

Sugerimos como primer paso el envío de un grupo de «buenos oficios» para explorar alternativas a la actual crisis para evitar el fantasma con el que amenaza, según los dichos del presidente actual: la «guerra civil». Esta será una condición esencial para que todas las partes restablezcan el dialogo y busquen una solución negociada y superadora. La posibilidad de anticipar la realización de elecciones presidencial y legislativa podría ser un camino. Será fundamental asegurar que no haya medidas de retaliación contra sectores que simpatizan con el Presidente democráticamente electo Fernando Lugo y contra opositores en general, lo que podría ser reforzado mediante el establecimiento de una comisión de seguimiento compuesta por gobiernos del área y organizaciones
ciudadanas de derechos humanos.

Creemos que un objetivo del MERCOSUR es contribuir a asegurar la democracia de sus Estados partes, lo que impone la misión de proteger con responsabilidad el camino que asegure que Paraguay recupere el Estado de Derecho acompañado de la plena protección de los derechos humanos y el bienestar de todos los ciudadanos paraguayos. Esta será, al mismo tiempo, una forma de proteger responsablemente la propia integridad política del MERCOSUR. En ese contexto, sería esencial que se robustezca el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos; un espacio natural para profundizar la comunicación, el conocimiento y la transparencia entre los integrantes de MERCOSUR.

Firmantes
Carlos Acuña (Arg)
Roberto Bouzas (Arg)
Anabella Busso (Arg)
Gerardo Caetano (Ur)
Marco Cepik (Br)
Alcides Costa Vaz (Br)
Guillermo Genta (Arg)
Monica Hirst (Br)
Gladys Lechini (Arg)
Luis Maira (Ch)
Federico Merke (Arg)
Maria Matilde Ollier (Arg)
Amâncio Jorge de Oliveira (Br)
José Paradiso (Arg)
Fernando Porta (Arg)
Antônio Jorge Ramalho (Br)
Roberto Russell (Arg)
Fabiano Santos (Br)
Mirian Saraiva (Br)
Maria Regina Soares de Lima (Br)
Catalina Smulovitz (Arg)
Maria Hermínia Tavares de Almeida (Br)
Luis Tibiletti (Arg)
Juan Gabriel Tokatlian (Arg)
Paulo Vicentini (Br)
Tullo Vugevan (Br)