Informalidad, gig economy y ahorro financiero

La región de América Latina y el Caribe ahorra poco. Según Cavallo y Serebrisky (2016) la tasa de ahorro nacional en los últimos 30 años se ha situado por debajo de 20 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), muy por debajo de las economías avanzadas y de las de rápido crecimiento de Asia, incluso después de controlar por factores demográficos, ingreso per cápita y crecimiento. Nuestras tasas superan únicamente las tasas de ahorro de África Subsahariana. La investigación señala también que las tasas de ahorro son bajas en relación a las necesidades de desarrollo y mejora de equidad de nuestra población. Los pocos recursos existentes muchas veces se invierten en proyectos innecesarios que no elevan las tasas de crecimiento de largo plazo. Y la priorización de los recursos, generalmente, tampoco responde a las necesidades de los más pobres ni al incremento de su productividad.

Se argumenta que una de las razones de las bajas tasas de ahorro es la inexistencia de instrumentos adecuados que incentiven el ahorro, pues nuestros mercados financieros formales aún están en proceso de evolución. A pesar de los avances de las últimas décadas, muchos productos son todavía desconocidos, inadecuados, caros e ineficientes. Dado ello, no sorprende que los individuos demanden muy poco estos productos. Asimismo, su demanda depende de su nivel de educación financiera, cultura de ahorro y de la confianza que sienten por los sistemas financieros.

En este contexto, nos preguntamos ¿cómo entender mejor la baja demanda de ahorro financiero de los individuos? ¿en qué ahorran, especialmente aquellos que trabajan de forma independiente o informal? ¿cómo podemos utilizar la tecnología para incentivarlos a ahorrar más y mejor? Para responder estas interrogantes, venimos realizando, con mucho entusiasmo, dos estudios experimentales en la Universidad del Pacífico. El primero de ellos es un estudio que estamos realizando junto con el Innovation for Poverty Action (IPA), la Universidad de Maryland, la Asociación de Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones y Prima AFP, donde analizamos la demanda de ahorro de largo plazo entre los trabajadores informales en Perú y si darles un incentivo financiero resulta atractivo para incrementarla. Para el segundo estudio, nos hemos aliado con Cabify, el Banco de Crédito del Perú, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Universidad de Harvard para evaluar una solución innovadora que aprovecha la tecnología y fomenta el ahorro financiero entre los conductores de taxi de Cabify.

En el Perú, solo alrededor de 30 por ciento de la Población Económicamente Activa ahorra previsionalmente o para el largo plazo. La falta de ahorro se concentra principalmente en los trabajadores de microempresas y de bajos ingresos, quienes en su mayoría no están inscritos en los sistemas tradicionales de pensiones y prefieren ahorrar en otros instrumentos que no necesariamente son de largo plazo. Este fue el grupo de interés para nuestro primer estudio. Nos preguntamos si estos trabajadores, que representan a la mayor parte de la fuerza laboral, se ven incentivados a ahorrar para su vejez en el sistema de capitalización individual de pensiones ante la presencia de un incentivo financiero denominado Matching Contribution, el cual consiste en hacer una contribución a la cuenta de ahorro de los individuos condicional a que éstos hayan ahorrado primero.

El análisis lo realizamos principalmente en Lima Metropolitana y asignamos a las empresas aleatoriamente a uno de los siguientes grupos: i) grupo de control, en el cual brindamos información a los trabajadores y empleadores de las microempresas acerca de la importancia de ahorrar para el retiro, ii) primer grupo de tratamiento, en el cual brindamos, además de la información, un match de 50 por ciento a las contribuciones por un período de seis meses y iii) segundo grupo de tratamiento, en el que además de la información, los individuos reciben un match de 100 por ciento a sus contribuciones por el mismo período. Utilizamos un producto existente en los sistemas de contribución definida, el cual es la afiliación de trabajadores independientes. Si bien este producto existe desde hace varias décadas, no se conoce en gran medida y su demanda es relativamente reducida.

En teoría, siguiendo los modelos de decisión inter-temporal, un esquema de Matching Contribution incrementa el ahorro debido al reforzamiento del efecto sustitución. El match hace que consumir el ingreso hoy sea más caro que ahorrarlo, lo cual motivaría a los individuos a sustituir ahorros por consumo en respuesta al match. Sin embargo, este efecto es menos claro para individuos que ya están ahorrando o que se encuentran por debajo del umbral del match porque éstos están afectados por ambos, el efecto sustitución y el efecto ingreso. En cuanto a la literatura empírica, ésta encuentra que el Matching Contribution aumenta la participación en los planes de ahorro de largo plazo (Duflo et al., 2006, Engelhart y Kumar, 2007, Mills et al., 2008, Borsch-Supan et al., 2008). Esta evidencia, sin embargo, proviene de países desarrollados; no hay mucha evidencia para países en desarrollo, sobre todo con amplio sector informal. Asimismo, para incentivar que los individuos ahorren efectivamente, en nuestro estudio hacemos uso de mensajes recordatorios a través de la aplicación Whatsapp, siguiendo las lecciones de la economía del comportamiento (Madrian B., 2012).

Actualmente nos encontramos implementando el experimento y esperamos que nuestros resultados contribuyan a entender mejor los determinantes de la demanda de ahorro de este tipo de trabajadores, así como saber si el Matching Contribution podría constituirse en un incentivo atractivo que incremente la demanda de ahorro dentro de los sistemas de pensiones. Los resultados del estudio también proveerán importantes lecciones de política para países en desarrollo que estén pensando introducir este tipo de esquemas en sus sistemas de ahorro.

Nuestro segundo estudio explora la demanda de ahorro financiero de corto plazo entre los trabajadores de la gig economy. Gig podría traducirse como encargo o pedido, labores de corta duración que se pagan por unidad. Por ejemplo, el pago por un recorrido de un trayecto en taxi ofrecido por empresas como Cabify o EasyTaxi, o una entrega de un pedido ofrecido por empresas como Glovo. Esta nueva economía está cambiando significativamente la estructura de nuestros mercados de trabajo y los individuos que forman parte se multiplican diariamente gracias a las plataformas digitales. El trabajo a través de estas plataformas tiene varios beneficios como la flexibilidad en los horarios, bajas barreras de entrada, transparencia, calidad de los servicios y la incorporación al mercado de trabajo de jóvenes sin experiencia laboral, mayores de 50 años y desempleados de larga duración, entre otros.

Nuestro objetivo en esta investigación es evaluar de manera experimental si el ofrecerles unos planes de ahorro dentro del sistema financiero a través de sus smarthphones incentiva a que los individuos comiencen a ahorrar de manera automática haciendo sólo unos pocos clicks. Pensamos que el uso de la tecnología puede reducir considerablemente los costos de transacción y planes con mecanismos inspirados en la literatura de la economía del comportamiento potencian considerablemente la demanda de ahorro (Thaler y Bernartzi, 2004).

Diseñamos dos productos de ahorro digital que permitirán a los conductores ahorrar a través de un débito automático que provendrá de sus ingresos generados con Cabify, el cual a su vez será transferido a la cuenta de ahorro del banco. A un grupo de conductores le ofrecemos un plan de ahorro tradicional y a otro grupo, un plan de ahorro en función de sus ingresos extras empleando estrategias de comportamiento. Los productos tienen costo cero, es decir, no implican costos de mantenimiento y los ahorros generados estarán siempre a disposición de los conductores, sin penalidad, pudiendo éstos hacer seguimiento a sus ahorros desde un aplicativo móvil. La afiliación será completamente digital a través de sus smarthphones y sólo deberán visitar una agencia bancaria para recoger su tarjeta.

Los conductores de taxi son un grupo interesante de estudio porque, a diferencia de los países desarrollados, en nuestros países éstos representan una parte significativa de nuestra fuerza laboral. Se caracterizan generalmente por tener ingresos volátiles y ahorrar en mecanismos informales. Los conductores de Cabify se caracterizan además por tener un relativo buen nivel de educación, tener una alta bancarización y una relativa alfabetización financiera y digital, lo cual favorece la comprensión de los planes de ahorro y potencia los resultados de nuestro estudio.

Esperamos que los resultados contribuyan a tener más evidencia sobre qué tipos de incentivos podemos evaluar para incrementar la demanda de ahorro financiero de los individuos. Asimismo, los resultados nos permitirán saber si hay ventajas de usar la tecnología para acercar la oferta a la demanda y si es útil para reducir los costos de transacción y los sesgos de comportamiento.

Recordemos que es importante que los individuos y las familias ahorren. Ante la pregunta de porque es necesario ahorrar, la respuesta tradicional es que el ahorro es necesario para protegernos ante shocks negativos y suavizar el consumo durante los tiempos difíciles. Pero además, especialmente para los grupos de individuos que estudiamos, es importante que ahorren más y mejor para que prosperen. El camino hacia la prosperidad es más largo para ellos. En muchos casos se trata de trabajadores muy pobres cuya única fuente de ingresos es la ganancia diaria en su taxi o en su puesto del mercado. Estos ingresos son inciertos y volátiles. Además no tienen muy buenos niveles de educación y no invierten lo suficiente en su salud. Entonces, el ahorro se hace más relevante para ellos, para que puedan usar esos recursos en incrementar su productividad, cambiar sus vidas y especialmente la vida de sus hijos.

 

Referencias

Börsch-Supan, A., Reil-Held, A., & Schunk, D. (2008). Saving incentives, old-age provision and displacement effects: Evidence from the recent German pension reform. Journal of Pension Economics and Finance, 7(3), 295–319.

Cavallo, Eduardo and Serebrisky, Tomás (Eds.) (2016). Saving for Development: How Latin America and the Caribbean Can Save More and Better. Inter-American Development Bank.

Duflo, E., Gale, W., Liebman, J., Orszag, P., Saez, E. (2006). Saving Incentives for Low- and Middle-Income Families: Evidence from a Field Experiment with H&R Block. Quarterly Journal of Economics 121 (4): 1311–46.

Engelhardt, G. V., Kumar, A. (2007). Employer Matching and 401(k) Saving: Evidence from the Health and Retirement Study. Journal of Public Economics 91(10): 1920–443.

Madrian, B. C. (2012). Matching Contributions and Savings Outcomes: A Behavioral Economics Perspective. In Matching Contributions for Pensions: A Review of International Experience (p. 30).

Mills, G., Gale, W., Patterson, R., Engelhardt, G., Eriksen, M., & Emil, A. (2008). Effects of individual development accounts on asset purchases and saving behavior: Evidence from a controlled experiment. Journal of Public Economics, 92(5–6), 1509–1530.

Thaler Richard H. and Benartzi Shlomo (2004). Save More Tomorrow: Using Behavioral Economics to Increase Employee Saving. Journal of Political Economy. Vol. 112, No. S1, Papers in Honor of Sherwin Rosen: A Supplement to Volume 112 (February 2004), pp. S164-S187.