América Latina es una región que, pese a las ventajas competitivas que tiene, no ha logrado impulsar el desarrollo de sus países en los mismos niveles que en su momento hicieron los países asiáticos y aquellos que salieron del bloque comunista. Un documento de trabajo del Fondo Monetario Internacional[1] encontró que estos resultados no se explican por una menor inversión. De hecho, la explicación de la mayor pobreza de América Latina comparada con Asia y Europa Central, Oriental y sudoriental, se encuentra en los bajos niveles de capital humano y productividad.
Ya en el 2017, el informe sobre Perspectivas Económicas de América Latina 2017 había encontrado que una de las limitantes que enfrentaban las economías latinoamericanas para mantener el crecimiento económico era la falta de capital humano. Así se encontró que dos de cada tres jóvenes latinoamericanos no estaban preparados para trabajos que requieren competencias técnicas, profesionales y de gestión complejas, siendo que el 50% de las empresas formales en América Latina reportaban que tenían problemas para conseguir empleados capacitados para sus puestos.
La educación es un factor fundamental para impulsar el desarrollo de una sociedad. Sus efectos positivos sobre la prosperidad de los individuos incluyen mejores oportunidades en el mercado laboral y mayores ingresos que se ven reflejados en una mejora de las condiciones económicas a nivel familiar, lo que les permite escapar de las trampas de pobreza rompiendo el círculo de pobreza intergeneracional.
La pandemia tuvo un impacto importante en la educación en América Latina. El Banco Mundial estima que los alumnos han sufrido una perdida estimada de 1,5 años de aprendizaje. Siendo que los más pequeños estarían en riesgo de perder el 12 % del total de los ingresos que recibirán a lo largo de su vida si es que no se logra recuperar los aprendizajes perdidos.
En el caso peruano la primera evaluación de estudiantes post pandemia encontró que los estudiantes a nivel nacional obtuvieron resultados más bajos que en el 2019. La evaluación realizada en el 2022 encontró que solo 19 de cada 100 estudiantes de 2 de secundaria entiende lo que lee y solo 12% puede resolver problemas matemáticos. Los estudiantes de zonas rurales arrojan resultados aún más dramáticos. Solo 4% de los estudiantes de áreas rurales tiene resultados satisfactorios en matemáticas. Existe además una brecha de genero de 5 puntos porcentuales. Mientras el 15.3% de los estudiantes varones de segundo de secundaria tiene resultados satisfactorios en matemáticas solo el 10% de mujeres puede hacerlo (EME 2022). Esta marcada desigualdad obliga a encontrar sus causas e implementar políticas públicas que busquen reducir las disparidades.
Existe también una marcada disparidad en los resultados por región. En Tacna el 27% de los estudiantes de segundo de secundaria tuvo resultados satisfactorios en matemáticas, mientras que en Huánuco es el 6,7%, Tumbes y Ucayali fue el 4% y en Loreto el 2%
Existe una diferencia de 14.8 puntos porcentuales entre los estudiantes de segundo grado de secundaria de las escuelas privadas con resultados aprobatorios de matemáticas y los estudiantes de las escuelas públicas. En el primer caso 24,2% de los estudiantes obtuvieron resultados satisfactorios mientras que en el caso de las escuelas públicas que aprobaron satisfactoriamente son el 9,4% de los estudiantes. En el caso de las escuelas de publicas comparadas con las escuelas privadas de bajo costo también se muestra una diferencia. En al caso de las escuelas públicas urbanas el 11.5% de los estudiantes tiene resultados aprobatorios comparados con el 16,4% de las escuelas privadas de bajo costo.
Los dramáticos resultados de aprendizaje en el Perú tienen un impacto en la retención escolar. Si un niño o adolescente no entiende lo que lee ni puede resolver una ecuación matemática se frustra, pierde el interés por aprender y abandona los estudios. 22 de cada 100 jóvenes entre 17 y 18 años, no ha logrado concluir la secundaria (INEI 2021). Lo que significa que un porcentaje importante de los peruanos no tiene las habilidades necesarias para ser absorbido por el mercado laboral formal y contribuir a la productividad del país.
Según la OCDE el Perú es uno de los países donde el nivel socio-económico del alumno tiene más impacto en su rendimiento escolar. Existe una clara desigualdad en las oportunidades a las que tienen acceso los niños dependiendo de su lugar de origen, lengua, nivel socio-económico y educativo de sus padres. De hecho, un niño cuya lengua materna es nativa tiene 36% más de probabilidades de ser pobre que si su lengua materna es el castellano.[2] El 22% de las mujeres rurales en el Perú son analfabetas. Pero la literatura vas mas allá y ha encontrado que además de las características del estudiante, las características de la escuela son factores que explican su desempeño. Así, la carencia de material educativo y recursos audiovisuales, el equipamiento inadecuado de laboratorios, la insuficiente cantidad de computadoras, y la inasistencia a clases por parte de los estudiantes, afectan negativamente el rendimiento escolar. La desigualdad en la infraestructura educativa ha sido identificada como un factor que promueve la desigualdad socio-económica. Así un estudiante del NSE A/B obtendrá mejores resultados no solo porque pertenece a dicho estrato, sino porque el colegio tendrá un impacto positivo. Mientras que en el caso de los alumnos de los NSE más bajos ocurrirá lo opuesto, no solo tienen el problema del efecto negativo de su condición socioeconómica, sino que las características de su escuela los perjudican. Por ello, en países tan desiguales como el Perú, la infraestructura educativa tiene especial impacto en el rendimiento escolar, incluso, pudiendo llegar a ser más importantes que las características socioeconómicas del estudiante. (Beltrán y Seinfeld)[3].
En el Perú, de acuerdo con cifras del MINEDU solo el 58% de los colegios a nivel nacional tiene acceso a agua por red pública y el resto se abastece con camión cisterna, pozos o ríos. Mientras que solo el 36% de los colegios a nivel nacional tiene acceso a servicios de saneamiento por red pública y el 10% de las escuelas rurales no tiene electricidad. En el Perú existen 54,848 instituciones educativas y solo el 13% tiene acceso a los cuatro servicios públicos: electricidad, agua, saneamiento e internet. La falta de agua y saneamiento es una barrera que limita el acceso a la educación, principalmente, para las niñas y adolescentes peruanas quienes dejan de ir a clases durante la menstruación. En un estudio realizado por UNICEF y el Instituto de Estudios Peruanos encontraron que el 37% de las adolescentes peruanas reporta haber faltado alguna vez, lo que hace que este sea un factor relevante en la pérdida de clases. Mas aun, se encontró que, en los colegios, los servicios de agua y saneamiento, y la infraestructura vinculada es en la mayoría de los casos inadecuada. Los servicios higiénicos en los colegios carecen de limpieza, no proveen privacidad ni insumos básicos, tales como jabón o papel higiénico y presentan una dotación de agua irregular. En aquellas escuelas donde no existe acceso a agua y saneamiento la perdida de clases es aún mayor.[4]
El Perú tiene una tasa de deserción escolar de 6,3%.[5] El porcentaje de deserción escolar es mayor en las mujeres que en los hombres. Las razones que explican la deserción escolar están vinculadas a problemas económicos, familiares y al embarazo adolescente. El registro de nacimientos vivos en niñas de 10 a 14 años aumentó de 1,158 a 1,430 entre el 2020 y 2021, y luego a 1,625 nacimientos vivos en el 2022, según cifras disponibles del Ministerio de Salud a la fecha. Lo que representa un aumento del 14%. Mientras que la tasa de embarazo adolescente (entre los 12 y 17 años) es del 10.8%. La tasa de embarazo adolescente en el área rural es de 22,7%, lo que significa que una de cada cuatro adolescentes rurales ya es madre o está embarazada. Existen regiones que tienen una mayor incidencia de embarazo en adolescentes se encuentra en las regiones de la amazonia, como Loreto, Amazonas, Ucayali y San Martín, donde la incidencia se encuentra por encima de 20%.
Los adolescentes peruanos no tienen información suficiente sobre la menstruación, la sexualidad y los métodos anticonceptivos, siendo este un tema invisibilizado en la familia, la escuela y la comunidad, convirtiéndose en un círculo vicioso en el cual el temor y la vergüenza para hablar del tema, impide el acceso a la información. Como consecuencia no tienen una idea clara sobre como evitar embarazos. Para varias adolescentes el periodo fértil este asociado con la menstruación. Siendo que la responsabilidad del embarazo no deseado es atribuida a las mujeres. [6]
Otro de los factores que tiene un impacto importante en el desarrollo del capital humano en el país es la alta incidencia de anemia, que afecta a 42,5% de los niños de entre 6 y 36 meses y al 51,5% de los niños de las zonas rurales. En regiones como Puno, Ucayali y Huancavelica, la anemia afecta al 67,2%, 65,8% y 65% de los niños respectivamente (Endes 2022). La anemia tiene consecuencias durante toda la vida, afectando la salud, la educación y el rendimiento laboral de las personas, lo que se traduce en costos no solo para el individuo, sino para su familia y la sociedad.[7] En los primeros años de vida, la anemia tiene efectos negativos en el desarrollo cognitivo, motor, comportamiento y crecimiento. Tiene consecuencias en los logros educativos y el desarrollo del capital humano, en la productividad y calidad de vida. De esta manera, la anemia en los niños tiene una repercusión negativa en el desarrollo del país.[8] Uno de los factores determinantes en la incidencia de anemia es el nivel de educación de la madre: en el caso de los niños cuyas madres no tienen nivel educativo alguno o cuentan solo con educación primaria, la anemia afecta al 52%, mientras que cuando las madres tienen educación superior esta proporción se reduce al 34%.
El problema del acceso a educación de calidad y la formación de capital humano debe ser enfrentado de manera integral, con políticas públicas diseñadas reconociendo los problemas y barreras específicos que enfrentan los niños en el Perú.
De acuerdo con el FMI, los países no crecerán con rapidez ni se acercarán a los niveles de ingreso de las regiones más ricas del mundo si el capital humano, la gobernanza y el clima de negocios no mejoran. Dicho en otras palabras, no basta concentrarse en la economía para lograr el desarrollo de los países. Hay una urgencia y ésta pasa por invertir en una mejor educación y en la formación de ciudadanos que conozcan sus derechos y obligaciones, para que se genere un circulo virtuoso que permita que los países de Latino América logren alcanzar el nivel per cápita y la calidad de vida de los países desarrollados.
[1] https://www.imf.org/en/Publications/WP/Issues/2020/06/19/The-Lack-of-Convergence-of-Latin-America-Compared-with-CESEE-Is-Low-Investment-to-Blame-49519
[2] INEI, 2023. Perú: Evolución de la Pobreza Monetaria 2011-2022
[3]http://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/1419/TrampaeducativaBeltranArlette2013.pdf?sequence=4
[4]https://www.unicef.org/peru/media/7406/file/Retos%20e%20impactos%20del%20manejo%20de%20higiene%20menstrual%20para%20ni%C3%B1as%20y%20adolescentes%20en
[5] https://care.org.pe/5-cifras-alarmantes-de-la-educacion-en-el-peru/
[6]https://www.unicef.org/peru/media/7406/file/Retos%20e%20impactos%20del%20manejo%20de%20higiene%20menstrual%20para%20ni%C3%B1as%20y%20adolescentes%20en
[7] Zavaleta N, Astete-Robilliard L. Efecto de la anemia en el desarrollo infantil: consecuencias a largo plazo. Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2017;34(4):716-22. doi: 10.17843/rpmesp.2017.344.3251.
[8] Balarajan Yarlini, Lancet 2011; 378: 2123–35