“Desafortunadamente, el mercado laboral en Colombia funciona mal” se lee en la introducción del reporte de la Misión de Empleo 2020-2021 del gobierno colombiano. Las cifras del DANE muestran que 6 de cada 10 trabajadores son informales, entre 40% y 50% de los ocupados tienen ingresos por ganancias y salarios inferiores al salario mínimo, y el país cuenta con tasas de desempleo de 2 dígitos desde finales de 2018. Contrasta con el desempleo que, como señala Manpower Group, 3 de cada 4 empleadores reporten dificultades para encontrar el talento que necesitan. Sin duda algo no funciona bien en el mercado laboral cuando al mismo tiempo hay empleadores buscando trabajadores y trabajadores buscando empleo, pero oferta y demanda no parecen encontrarse.
En esta entrada daremos un paso atrás para comprender mejor el problema del mercado laboral colombiano, hablaremos del papel del sistema de educación superior como eje fundamental para la formación de las habilidades de los futuros trabajadores, puntualmente entender si las instituciones de educación superior (IES) enseñan lo que el mercado demanda y cómo afecta las diferencias entre las habilidades enseñadas y las demandadas la posibilidad de encontrar trabajo formal en el país.
¿Está alineada la educación con las necesidades del sector productivo?
Pensemos en los jóvenes recién egresados de la educación superior: técnicos, tecnólogos y profesionales que, a pesar de pertenecer a diferentes áreas, tienen un perfil común, tienen conocimientos y a lo largo de su educación han desarrollado ciertas habilidades en su área de formación, pero poseen poca o nula experiencia laboral. Probablemente terminar sus estudios genera incertidumbre sobre su futuro “¿y ahora qué hago? ¿Dónde o cómo consigo trabajo?”, no se pueden dejar a un lado estas preguntas, pues las cifras de desempleo nos dicen que 1 de cada 10 personas en la fuerza laboral está desempleada, y que en personas jóvenes son 2 de cada 10 los desempleados dentro de la fuerza laboral. Ya empezamos a sospechar que la respuesta a la pregunta que titula esta sección es No. Sin embargo, profundicemos un poco más ¿qué es lo que no está alineado?
Comencemos diciendo que, según la Clasificación Europea de capacidades/competencias, cualificaciones y ocupaciones (ESCO), podemos hablar de las ocupaciones en términos de los conocimientos y habilidades que requieren para desarrollarse, y que estos requerimientos se pueden clasificar en 4 niveles que van de muy generales (conocimientos y habilidades transversales) a muy específicas (conocimientos y habilidades específicas de una ocupación). Se usó la ESCO para evaluar las habilidades y conocimientos demandados en las vacantes del Servicio Público de Empleo (SPE) entre 2016 y 2018, y para analizar 3692 planes de estudio de carreras técnicas, tecnológicas y profesionales en 13 ciudades capitales del país. Como se observa en la tabla 1, se encontró que en promedio una vacante publicada en el SPE demanda 5 habilidades y conocimientos, 3 de ellos conocimientos específicos del sector, mientras las carreras ofrecen en promedio 25 habilidades y conocimientos, 15 de ellos conocimientos intersectoriales y 8 conocimientos específicos del sector.
Tabla 1. Resumen de conocimientos y habilidades ofrecidos y demandados
Entonces, se encuentra que: 1) se ofrecen 5 veces más habilidades en el sistema educativo que las que se demandan por una vacante promedio del SPE, y 2) la mayor demanda es sobre conocimientos específicos del sector, pero la mayor oferta es de conocimientos intersectoriales. Pero esto no significa que la oferta educativa no esté respondiendo a la demanda laboral, pues los 8 conocimientos específicos del sector que enseñan las carreras bien podrían cubrir los 3 conocimientos de este tipo que requieren las vacantes. Sin embargo, al comparar cada plan de estudio con las vacantes del área laboral relacionada, es decir, con las vacantes a las que una persona con esos estudios podría aplicar encontramos que la brecha promedio de habilidades entre la oferta educativa y la demanda laboral es de 83,45%, siendo la menor brecha registrada para un programa de 43,73% y la máxima de 100%. Entonces, si bien en magnitud la educación superior enseña 5 veces más conocimientos y habilidades de los que demanda una vacante promedio, la realidad es que esos conocimientos y habilidades enseñados no responden a lo que el sector productivo requiere en sus trabajadores.
¿Cómo afecta la brecha de habilidades a las posibilidades de encontrar empleo formal?
Como es de esperarse, si un trabajador no cuenta con los conocimiento y habilidades que requieren los empleadores será más difícil para él encontrar un trabajo formal. A través de diferentes especificaciones (tabla 2) se encontró efectivamente que entre más grande es la brecha entre lo que se aprendió en la educación superior y lo que requiere el sector productivo menor es la probabilidad de un recién egresado de vincularse formalmente al mercado laboral (cotizar a seguridad social), en promedio, por cada punto porcentual que aumente la brecha de habilidades se reducen entre 15 y 28 puntos básicos la probabilidad de que un egresado se vincule al mercado laboral formal. Dado que la brecha promedio es de 83,45%, esto significa que la brecha de habilidad resta entre 12 y 23 puntos porcentuales a la probabilidad de encontrar empleo formal (sin contar otras barreras y dificultades que enfrentan los jóvenes como la falta de experiencia).
Tabla 2. Regresiones panel por mínimos cuadrados con errores robustos a heterocedasticidad
Reflexiones finales
Encontrar trabajo en Colombia parcialmente es cuestión de habilidades, pero queda claro que los conocimientos y habilidades formados o aprendidos en la educación superior no están respondiendo correctamente a las demandas del sector productivo afectando la posibilidad de conseguir un empleo formal. No extrañan los resultados del Manpower Group, los empleadores no logran encontrar en el mercado el talento que necesitan porque este talento debería formarse en el sistema educativo, pero no se está haciendo en concordancia con las realidades del mercado laboral. El mercado laboral funcional mal como señaló la Misión de Empleo, funciona mal desde antes de hacer el tránsito de la educación al trabajo ¿Cómo lo arreglamos? El ministro de educación, Alejandro Gaviria ya ha dado unas puntadas en este sentido. Ha mencionado que en este gobierno se concibe la educación como equidad territorial. Esto significa que parte de las políticas van a tener el objetivo principal de reducir las desigualdades entre territorios. En educación superior esto pasa por la necesidad de conectarse más, en particular por la necesidad de que la Instituciones de Educación Superior (IES) se articulen más con el sector productivo. Una de las barreras que ha identificado el ministro está en el mismo ministerio: el sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior no permite a las IES innovar. Cambiar este sistema, que tiene más de 4000 registros calificados en la cola, de tal forma que se haga más eficiente es una de las propuestas que planteará el nuevo gobierno para reducir las brechas identificadas en este trabajo. Identificar las áreas del conocimiento y las regiones donde estas brechas son más fuertes ayudará a pensar y proponer otras políticas que contribuyan a resolver el problema.