Colombia inició el XXI con un descenso en las desigualdades en el ingreso que fue particularmente pronunciado en la década de 2010. Específicamente, el índice de Gini pasó de 0,56 a 0,51 entre 2010 y 2017, aumentando levemente a finales de la década para finalizar con una cifra de 0,53 en 2019. Paralelamente, se observó un aumento en el ingreso per cápita real de los hogares durante el periodo 2010-2019, el cual pasó de 445.524 pesos constantes de 2010 al inicio del periodo a 500.577 en 2019 (Gráfico 1).
Gráfico 1. Coeficiente de Gini 2010-2019
Fuente: Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) DANE.
Entender este comportamiento y los cambios en la desigualdad como resultado de los efectos que tuvo la pandemia del Covid-19 fueron precisamente el objeto de estudio de un trabajo recientemente publicado en la revista Ensayos sobre Política Económica (ESPE 101) del Banco de la República. El documento tiene tres grandes secciones. La primera realiza un análisis para el total nacional y luego la segunda hace énfasis en las veintitrés principales ciudades del país. Para ello, se sigue la metodología de Bourguignon y Ferreira (2005), con el fin de estudiar el efecto de los componentes relacionados con los años de educación y sus retornos sobre las desigualdades. Asimismo, se estudian los factores demográficos como la edad promedio de los individuos y el número de hijos.
Por su parte, la tercera sección enfatiza en los elementos que han sido afectados principalmente por la crisis del Covid-19. En este sentido, además de los factores educativos y demográficos, examina el efecto, sobre las desigualdades, de la reducción en los ingresos, como resultado de la caída en las tasas de ocupación y la participación en el mercado laboral.
El documento ofrece un análisis pormenorizado de la evolución de las desigualdades en la década de 2010. Para ello, se emplean microdatos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para conocer cuál fue el comportamiento de sus determinantes. Asimismo, se llevan a cabo microsimulaciones para calcular el efecto de esos determinantes sobre las variaciones en las desigualdades durante el período de análisis. A diferencia de la literatura relacionada, en este trabajo se tiene un enfoque regional, lo cual da una visión más amplia sobre las particularidades de las desigualdades, especialmente la comparación entre las veintitrés principales ciudades. Finalmente, se avanza en el estudio de los determinantes del cambio en las desigualdades durante los primeros meses de la pandemia.
Gráfico 2. Participación de los componentes intra y entre ciudades en las desigualdades totales
Fuente: cálculos propios con base en DANE, GEIH.
Con relación a la disminución en la desigualdad que experimentó Colombia entre 2010 y 2019, surgen cinco principales mensajes de la investigación: (i) La caída se debe principalmente a reducciones importantes en la desigualdad al interior de algunas ciudades, más que a reducciones en la desigualdad entre las ciudades (Gráfico 2); (ii) Las rentas laborales juegan un papel importante en la explicación de las reducciones en las desigualdades durante ese período; (iii) Dentro de los ingresos laborales, el stock de educación es el principal factor que contribuyó a la reducción del índice de Gini; (iv) Los arriendos y las transferencias son los rubros que más contribuyeron a reducir la desigualdad por concepto de ingresos no laborales, tanto en el total nacional, como en la mayoría de ciudades; (v) La caída en la desigualdad muestra una heterogeneidad entre las 23 principales ciudades, 11 tuvieron una reducción superior al promedio nacional, ocho fueron igual o inferior a la media y las cuatro restantes registraron un aumento en la desigualdad (Gráfico 3).
Gráfico 3. Cambio en el coeficiente de Gini de los ingresos totales por ciudad, 2010-2019
Fuente: GEIH. Cálculos de los autores.
De otra parte, a raíz de los cambios en el mercado laboral por efectos de Covid-19, las desigualdades regresaron a niveles de inicios de la década de 2010, aunque han vuelto a recuperarse. El choque más importante se observa en los ingresos laborales, que se da vía el margen extensivo con el aumento en desempleo y el intensivo, vía caída en salarios. Los ingresos por arriendos también cayeron a finales de 2020, aumentando la desigualdad. Las transferencias, por su parte, aliviaron la caída en los ingresos de los hogares más pobres, sin embargo, su efecto en la desigualdad es moderado, dada la magnitud del choque en ingresos laborales.
A pesar de los avances en los 2010, el retroceso observado en la desigualdad en los ingresos en Colombia durante la pandemia por el Covid-19 reafirma que aún hay mucho espacio para mejorar en este frente. A pesar de las mayores transferencias observadas y su correcta focalización en los grupos de menores ingresos, el impacto del deterioro del mercado laboral en la desigualdad durante la pandemia no logra ser mitigado en su totalidad por las ayudas estatales. Si bien se requiere en el corto plazo asegurar la continuidad de las trasferencias para aliviar la crisis actual, la solución en el largo plazo implica retornar a una tasa de crecimiento económico que recupere la generación de empleo en el mercado laboral.