La variante Delta: Medidas razonables y urgentes

Las cifras de la pandemia están en su mejor momento en mucho tiempo. Los nuevos casos han descendido a niveles que no se veían desde fines de abril del año pasado, antes de la primera ola. Los decesos, que siguen a los nuevos casos con un rezago de varias semanas, todavía están en niveles relativamente altos, pero caen rápidamente. Y la positividad está en su nivel más bajo de toda la pandemia.

Es probable, sin embargo, que tengamos un nuevo brote entre septiembre y noviembre. Porque la circulación comunitaria de la variante Delta, todavía en niveles relativamente bajos, ha comenzado a crecer rápidamente. No es seguro que tengamos un nuevo brote y si lo tenemos podría ser de una magnitud menor que los brotes anteriores. Todo depende de una serie de imponderables y, al mismo tiempo, de medidas concretas que se pueden y deben adoptar lo antes posible.

Aunque hay muchas cosas que no sabemos sobre la variante Delta, lo que sabemos es suficiente para estar preocupados. En particular, es mucho más contagiosa que las variantes anteriores y tanto o más letal. También sabemos que, aunque algo menor, la efectividad de las vacunas en prevenir casos graves con la Delta sigue siendo alta.

¿Cuánta Delta en Chile?

El 80% de quienes ingresaron a Chile la semana del 14 de agosto infectados con el virus tenía la variante Delta. Esta cifra, reportada profusamente por los medios, refleja el predominio de la Delta en el resto del mundo, pero no dice nada sobre su presencia al interior del país.

La fracción de secuenciaciones genómicas que encontraron la Delta en casos no relacionados con viajeros (se les conoce como casos comunitarios) durante la semana del 14 de agosto fue de solo un 13%, muy inferior al 80% ya mencionado para viajeros. Sin embargo, este porcentaje viene creciendo: fue un 6,1% la semana anterior y un 3,4% dos semanas antes. Como solo se secuencia un 4% de las muestras comunitarias positivas, es seguro que hay mucho más que los 19 detectados la última semana con datos. ¿Cuántos más? No sabemos y tampoco es fácil aproximar la cifra, porque la pequeña muestra de casos que se secuencia se elige buscando aquellos donde la Delta es más probable. Aun si esta focalización es efectiva, es probable que ya tengamos más de 100 casos Delta semanales. Además, y esto lo sabemos con certeza, esta cifra está creciendo rápidamente.

Las medidas

Vacunar, vacunar, vacunar, todo lo que se pueda dadas las vacunas disponibles, a los rezagados y administrando dosis de refuerzo a quienes fueron vacunados primero y han ido perdiendo la protección que tuvieron en su momento.

Aumentar la secuenciación genómica completa de casos positivos y destinar una fracción de la muestra a obtener una estimación precisa de la circulación comunitaria de la variante Delta. Desde abril que se aprobaron los fondos para secuenciar mucho más que los 40 casos diarios que se secuencian hoy y, según varias fuentes consultadas, no se ha encontrado la forma de traspasar los fondos a los laboratorios que los esperan para realizar el trabajo. En una de esas situaciones donde la burocracia estatal hace de las suyas, alguna combinación del celo excesivo de la Contraloría y un exceso de cautela de los equipos jurídicos del Minsal. Algo que conocemos bien quienes hemos trabajado toda una vida en instituciones públicas, pero que, con un poco de creatividad y buena voluntad, se debiera poder resolver.

Mantener y perfeccionar la estrategia de Aeropuerto Seguro. Que la circulación comunitaria de la variante Delta se haya comenzado a detectar solo hace poco más de un mes se debe a que, sin ser perfecta, esta estrategia contribuyó a retrasar la llegada de la variante. Se debe mejorar la gestión de las llegadas al aeropuerto, sobre todo con el incremento de viajeros que se ha producido en semanas recientes luego de que se dejó de exigir autorizaciones especiales para viajar al extranjero.

También se deben combinar cuarentenas con un test de antígenos a la salida, como se hace en Dinamarca, Estados Unidos e Israel, para viajeros y contactos estrechos. Un estudio reciente de académicos del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) concluye que reducir el tiempo de cuarentena al regresar al país de 10 a 7 días, como ha anunciado el Gobierno, cuadruplica los riesgos de contagios. En cambio, el mismo estudio muestra que se puede reducir el tiempo de cuarentena de 10 a 5 días y mejorar su efectividad al mismo tiempo si se exige un test de antígenos al quinto día.

La estrategia equivocada

En días recientes se comenzó a insinuar la estrategia con que el Gobierno planea enfrentar un eventual brote asociado a la variante Delta. Según declaraciones de un miembro del Comité Covid del Gobierno, instancia que toma las decisiones y que encabeza el Presidente Piñera, “quizás Delta infecta a los que tenga que infectar y comienza a extinguirse sin mayores medidas”.

Este diagnóstico, popular hace unas semanas cuando los brotes asociados a la variante Delta en el Reino Unido, Israel y partes de los Estados Unidos no venían acompañados de un incremento importante de decesos, se ha ido abandonando luego de que las muertes, con el rezago acostumbrado, han comenzado a subir y rápidamente. Además, en el Reino Unido, luego de que los nuevos casos cayeran sin explicación aparente a mediados de julio, han vuelto a subir en las últimas semanas.

Las medidas mencionadas pueden contribuir a que no tengamos un nuevo brote o que, en caso de tenerlo, este no tenga la gravedad de los brotes anteriores. Son medidas relativamente simples, no controversiales y de un costo razonable. Sus beneficios esperados justifican su adopción más allá de toda duda.