No se puede culpar a la gente de haberse relajado antes de tiempo con la pandemia si el mensaje que dio el Gobierno inducía a error. El problema no estuvo en celebrar el exitoso programa de vacunación masiva que se inició a comienzos de febrero, el problema estuvo en celebrar antes de tiempo. En lugar de centrarse en el número de vacunados con la primera dosis, como lo hicieron las autoridades durante febrero y comienzos de marzo, la cifra que debió enfatizarse era el número de personas que había recibido la segunda dosis hace al menos dos semanas. Porque una dosis da muy poca protección, y no haber sido claros al respecto llevó a una falsa sensación de seguridad. Consistente con lo anterior, la nueva ola de contagios no partió a comienzos de marzo, con el regreso de vacaciones, sino a mediados de febrero.
La autoridad está cometiendo un error similar, me parece, al afirmar que la inmunidad de rebaño se logrará a fines de junio. Donde por inmunidad de rebaño se entiende la protección indirecta a la infección de personas no inmunes, la que se genera cuando una proporción suficientemente alta de la población es inmune al virus, de modo que se corta la cadena de transmisión.
Desgraciadamente, la fracción de la población a vacunar para lograr la inmunidad de rebaño no es un número fijo. El umbral depende de una serie de factores, varios de los cuales dependen de las políticas que se adopten. Un primer determinante del umbral de vacunación es cuán contagiosas son las variantes del virus que están circulando. En la actualidad sabemos poco sobre este tema, pues solo se determina las variantes presentes en un 0,3% de las muestras que dan positivo. Un segundo determinante es cuán efectivas son las vacunas en prevenir la transmisión del virus. Una menos efectividad significa un mayor umbral de vacunados para la inmunidad de rebaño.
El umbral para alcanzar la inmunidad de rebaño también depende del comportamiento de las personas. Si estas cambian su comportamiento, evitando contactos de mayor riesgo (por ejemplo, sin mascarillas, sin distanciamiento físico, con ventilación limitada), se reduce el riesgo de transmisión y cae también el umbral para la inmunidad de rebaño. El umbral también depende de cuán bien funciona el testeo y la trazabilidad. Mientras mejor funcionan, menos vacunados se requieren.
En enero, la prestigiosa revista científica Nature preguntó a más de un centenar de expertos si creían que sería posible erradicar el coronavirus. Casi el 90% de quienes respondieron afirmaron que no, que el coronavirus se volverá endémico, es decir, que continuará circulando por mucho tiempo. No alcanzar la inmunidad de rebaño, sin embargo, no significa que los niveles de decesos y enfermedad continuarán en los niveles que han tenido el último año. Un escenario posible, según los encuestados por Nature, es que el coronavirus termine siendo similar a la influenza y los cuatro coronavirus responsables por el resfrío común, donde una combinación de inmunidad adquirida y vacunaciones anuales llevan a niveles tolerables de decesos y enfermedad sin la necesidad de cuarentenas, mascarillas o distanciamiento social.
Una comunicación realista sobre las posibilidades de alcanzar la inmunidad de rebaño permitiría una contención más rápida del brutal brote que afecta al país en estos momentos. Partiendo por reconocer que, aun en los escenarios más optimistas respecto de la efectividad de la vacunación, necesitaremos una serie de medidas adicionales. Estas incluyen aumentar el testeo, con un uso masivo de tests de antígenos para evitar la diseminación del virus en las escuelas y lugares de trabajo. Un compromiso de las empresas para gastar más en prevención y un liderazgo del Mineduc orientando a las escuelas para prevenir contagios, serán parte esencial de esta estrategia. La experiencia del Reino Unido es interesante en este tema.
También es urgente entender mejor por qué el número de contactos estrechos que se logra detectar sigue siendo bajo. ¿Es por un eventual estigma asociado a tener covid, por deficiencias en el trabajo de los trazadores, o por miedo a perder el trabajo? Y, evidencia en mano, diseñar una campaña para mejorar este indicador, el cual debe ir acompañado de la entrega regular de recursos a los municipios para realizar esta actividad.
Las medidas adicionales también incluyen un esfuerzo dirigido a vacunar a los rezagados y así llegar a niveles de inoculación al 100%. Campañas comunicacionales con personas que sean referentes para distintos grupos objetivos pueden ser útiles para lograr este objetivo. La historia de cuando Elvis Presley se vacunó contra la polio y con ese solo hecho contribuyó de manera decisiva a la campaña de vacunación de 1956, indica un camino que se puede adaptar fácilmente a nuestra realidad cuando llegue el momento de vacunar a los jóvenes.
También es importante aumentar la capacidad de detectar las nuevas variantes, lograr que los laboratorios procesen más rápido los tests PCR y, en un tema que da para una columna aparte, llegar rápido con ayuda económica a todas las familias que lo necesitan.
La lista es larga, se necesita hacer mucho para contribuir a que las cifras de nuevos casos y hospitalizaciones se reviertan rápidamente. Es improbable que se alcance la inmunidad de rebaño. Sin embargo, reducir drásticamente los nuevos casos y mantenerlos bajo control es un objetivo tanto o más importante. Las políticas que contribuyen a alcanzar los dos objetivos son las mismas y, paradojalmente, alcanzar la inmunidad de rebaño solo tiene alguna posibilidad si reconocemos que el proceso de vacunación, por sí solo, no es suficiente para lograr este objetivo.