Entre 1995 y 2010, la participación del ingreso laboral en los ingresos nacionales cayó en promedio 7.7%. Esto hace parte de una tendencia de largo plazo en la que los ingresos de capital vienen ganando importancia relativa en la distribución factorial del ingreso. Las consecuencias de este fenómeno en términos de desigualdad no son menores. La mayor parte de la población, especialmente en los países menos desarrollados, depende casi de forma exclusiva de sus ingresos laborales, y una parte importante del capital está concentrada en pocas manos.
Sin embargo, la práctica común de dividir el ingreso nacional entre estos dos factores agregados, capital y trabajo, tiende a ocultar heterogeneidades importantes. Grosso modo, la medida más usada de la participación factorial del trabajo se construye a partir del valor de la compensación total a empleados reportada en las cuentas nacionales, usualmente incluyendo algún ajuste por el ingreso mixto de los cuentapropia. El ingreso de capital se estima de forma residual: el ingreso que no va al trabajo se considera ingreso de capital. Esta separación no nos permite diferenciar qué tipo de trabajadores han perdido terreno, ni qué formas de capital han ganado mayor participación. Esto a pesar de una extensa evidencia mostrando cambios significativos en la distribución interpersonal del ingreso laboral, y fuertes cambios en los ingresos de la explotación de recursos naturales.
En un trabajo en curso abordamos esta posible heterogeneidad y estimamos la participación en los ingresos nacionales de cuatro factores: i. trabajo básico, ii. capital humano, iii. capital físico, y iv. recursos naturales. Las estimaciones las hacemos para un panel de 50 países en 1995, 2000, 2005 y 2010. En términos metodológicos, seguimos de cerca el trabajo de Krueger (1999) para descomponer el ingreso laboral entre retornos al trabajo básico y al capital humano, y el trabajo de Caselli y Feyrer (2007) y Sturgill (2012) para separar el ingreso del capital entre capital físico y capital natural[1].
La figura 1 resume los resultados de las estimaciones de la distribución funcional del ingreso. Los valores reportados corresponden a un promedio ponderado por el tamaño de la población de los países de la muestra. Hay dos puntos para resaltar. Primero, la mayor parte de la caída en la participación del factor trabajo está jalonada por la caída de la participación del trabajo básico no calificado. Segundo, una parte importante del incremento en la participación del capital en este periodo está jalonado por el aumento de la participación de los recursos naturales. Este segundo patrón no debería ser sorpresivo. Durante la primera década de este siglo se observó un aumento sustancial en el precio de las materias primas -incluyendo los recursos minerales, metales, y fósiles- impulsado por la demanda de China. Los países productores de estos recursos, incluidas varias economías de América Latina, se vieron beneficiados por este choque externo.
En la figura 2 reportamos el cambio en las participaciones factoriales entre 1995 y 2010 según el nivel de ingreso de los países. Aquí se observan heterogeneidades importantes. Para los países de ingreso medio-bajo, incluidos 10 países de América Latina, casi la totalidad del incremento en la participación del capital se explica por un aumento en la participación de los recursos naturales. En contraposición, para los países de mayor ingreso, casi la totalidad del incremento en la participación del capital se debe a incrementos en la participación del capital físico. Es cierto que el ingreso laboral viene perdiendo terreno con respecto al capital, pero en el caso de los países de ingreso medio-bajo, la contraparte -al menos en este periodo- parece ser el capital natural, no el capital físico.
Figura 1: Participación factorial en el ingreso nacional
Figura 2: Cambios en la participación factorial en el ingreso nacional entre 1995 y 2010
A pesar de que se ha discutido mucho acerca del impacto del boom de materias primas, su efecto sobre la distribución factorial del ingreso se ha estudiado poco. Si tomamos los recursos naturales como un factor productivo, un incremento de su precio tiene un efecto directo y mecánico sobre la distribución factorial: si unos factores aumentan su participación otros tienen que caer. Asimismo, también hay posibles efectos indirectos asociados a la enfermedad holandesa. En el artículo mostramos las condiciones necesarias para que estos efectos indirectos sean relevantes empíricamente[2]. De forma intuitiva, la magnitud del efecto indirecto del boom de materias primas depende de dos variables: i. la intensidad relativa en la que se usan los demás factores entre el sector transable y el no-transable, y ii. la composición sectorial de cada país. Por ejemplo, si el sector transable es intensivo en capital humano, la participación del capital humano va a caer tras un boom de materias primas. Entre más importante sea el sector transable en la economía, más fuerte es la caída.
A partir de las estimaciones de participación de los factores, tratamos de cuantificar la magnitud de este efecto indirecto. En particular, cuantificamos el impacto de un incremento en la participación de los recursos naturales sobre la participación factorial del trabajo básico, del capital humano y del capital físico. Del mismo modo, estimamos el efecto sobre las diferencias entre pares de estos tres factores productivos: la participación relativa de los factores. En especial, nos enfocamos en la participación relativa del capital humano respecto al trabajo básico.
En términos de identificación, usamos la estructura panel de los datos para estimar un modelo de efectos fijos por país con tendencias temporales flexibles según el nivel de ingreso nacional. Para abordar problemas de endogeneidad, la variación restante la instrumentamos usando un Bartik, siguiendo una especificación similar a la propuesta por Autor et al. (2016). En particular, el instrumento combina cambios agregados en las importaciones de recursos naturales de China con una medida de exposición nacional a la demanda internacional de materias primas, definida con anterioridad al inicio del boom.
Las correlaciones simples entre las variables de interés se presentan en la figura 3. Los parámetros estimados en el modelo econométrico reproducen los patrones de estas correlaciones. Los resultados principales se resumen en dos puntos. Primero, un incremento en la participación de los recursos naturales lleva a una caída en la participación tanto del capital físico como del capital humano. Esto es indicativo de que ambos factores se usan de manera intensiva en el sector transable. Segundo, un incremento en la participación de los recursos naturales no afecta la participación del ingreso del trabajo básico. La combinación de estos dos resultados implica que el boom de materias primas sí tuvo un efecto negativo sobre la participación del ingreso laboral, pero que ese efecto se concentró en los trabajadores con mayor nivel de calificación.
Figura 3: Correlaciones entre las participaciones factoriales y la participación de los recursos naturales
La figura 4 muestra la correlación entre la participación relativa del capital humano con respecto al trabajo básico y la participación de los recursos naturales. Nuestros resultados sugieren un efecto redistributivo en contra del capital humano. Dado que esta participación relativa creció durante este periodo (ver figura 5), el boom de materias primas tuvo un efecto de atenuación.
Figura 4: Correlación entre la participación relativa del capital humano respecto al trabajo básico y la participación de los recursos naturales
Figura 5: Participación relativa del capital humano respecto al trabajo básico
El boom de recursos naturales parece haber mitigado la tendencia creciente en la participación de los factores reproducibles, esto es, capital físico y capital humano. Este hecho sugiere que el sector transable es relativamente más intensivo en factores reproducibles. La participación del trabajo básico, por su parte, no parece haber sido afectada por el boom de recursos naturales, lo cual indica que no hay diferencias significativas en la intensidad con que se usa el trabajo básico en el sector transable y en el no-transable. Así, el boom de materias primas tuvo un efecto negativo sobre la participación del ingreso laboral, explicado a través de su impacto en los trabajadores con mayor nivel de calificación.
Referencias
Autor, D. H., Dorn, D. and Hanson, G. H. (2016). The China Shock: Learning from Labor-Market Adjustment to Large Changes in Trade. Annual Review of Economics 8: 205-240.
Barro, R. J. and Lee, J. W. (2013). A new data set of educational attainment in the world, 1950-2010. Journal of development economics 104: 184-198.
Caselli, F. and Feyrer, J. (2007). The marginal product of capital. The quarterly journal of economics 122: 535-568.
Goderis, B. and Malone, S. (2011). Natural resource booms and inequality: Theory and evidence. Scandinavian Journal of Economics 113: 388-417.
Krueger, A. B. (1999). Measuring labor’s share. American Economic Review 89: 45-51.
Psacharopoulos, G. and Patrinos, H. A. (2004). Returns to investment in education: a further update. Education economics 12: 111-134.
Sturgill, B. (2012). The relationship between factor shares and economic development. Journal of Macroeconomics 34: 1044-1062.
The World Bank (2019). Building the World Bank´s Wealth Accounts: Methods and Data. Report.
[1] Los datos para estas estimaciones vienen de cuatro fuentes: información de cuentas nacionales recopilados por Naciones Unidas; estimaciones del stock de capital físico y capital natural del Banco Mundial (The World Bank, 2019); y estimaciones de los retornos a la educación de Psacharopoulos y Patrinos (2004) en conjunto con la oferta laboral relativa de distintos niveles de educación de Barro y Lee (2013).
[2] El modelo teórico es una extensión del modelo de enfermedad holandesa de Goderis y Malone (2011).