Entre enero y junio de este año, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú atendió 19,175 casos de niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia familiar en los Centros Emergencia Mujer (CEM) de todo el país. Esta cifra es 46% mayor a la registrada en el mismo período del año anterior (13,122 casos) y se distribuye en 64% de niñas y 36% de niños. Además, el 79% de las atenciones fueron por maltrato físico y psicológico, y el 21% restante por agresiones sexuales. Los departamentos con mayores casos de violación sexual fueron Lima, Junín, Cusco, Arequipa y Huánuco. ¿Cuánta de esta violencia se produce al interior de las escuelas?
Entre julio y setiembre del año pasado, Save the Children realizó la encuesta Young Voice Perú, en la que participaron 2,617 adolescentes de entre 12 y 17 años en las 26 regiones del país. La principal conclusión de estudio es escalofriante: los escolares no se sienten seguros en la escuela, casi el 40% reconoce que es víctima de acoso pero solo la mitad se atreve a denunciar, y el 77% dice no saber adónde acudir cuando se siente hostigado o tratado injustamente. Además, el 45% asegura haber visto que alguien fue golpeado en el colegio, el 43% dice que fue acosado por las redes sociales, el 22% se siente preocupado de ser víctima de bullying, y el 35% se siente inseguro en su propia aula y durante el recreo.
Desde el Estado, el Ministerio de Educación (Minedu) ha aprobado los Lineamientos para la Gestión de la Convivencia Escolar, la Prevención y la Atención de la Violencia Contra Niñas, Niños y Adolescentes. La finalidad de este documento es establecer directrices que promuevan entornos escolares seguros y libres de violencia. Por ello, está trabajando para identificar metodologías más claras que orienten a coordinadores, tutores y padres de familia sobre cómo reconocer los casos de acoso escolar y los mecanismos para enfrentarlos.
Asimismo, ha implementado el Sistema Especializado en la atención de casos de Violencia Escolar (SíseVe), el primero en el mundo con el que un Estado registra, atiende y da seguimiento a los casos de violencia escolar. Si bien desde esta plataforma se ha logrado resolver el 88% de casos de violencia escolar denunciados en los últimos cinco años, falta afiliar al sistema a casi la mitad de escuelas del país.
Los estudiantes, profesores y padres de familia deben ser incorporados activamente en la retoma de la escuela como un espacio seguro y de crecimiento personal. Solo así podremos ir construyendo ciudadanía responsable desde nuestras aulas.