Publicado por La Tercera, 8 de septiembre de 2012
“RECUPERAMOS la capacidad de ir reduciendo la pobreza, que se había incrementado en los últimos tres años del gobierno anterior”, anunció el Presidente Piñera luego de dar a conocer los resultados de la Casen 2011. Según informó el primer mandatario, la fracción de la población viviendo bajo la línea de pobreza había caído del 15,1% al 14,4%; los indigentes, de 3,7% a 2,8%.
Hubo dudas y preguntas que fueron creciendo, saltando a la primera plana noticiosa con un reportaje de Ciper hace poco más de una semana. La polémica sigue, por lo cual vale la pena preguntarse qué sabemos y qué falta por dilucidar.
Como hay aristas técnicas, lo más cómodo es dejar que los prejuicios primen por sobre una evaluación ponderada de los hechos. Muchos opositores al Presidente ven en la polémica la confirmación de lo que ya sabían, un presidente capaz de todo con tal de aumentar su popularidad. Para quienes apoyan al Presidente, en cambio, es natural aceptar la versión del gobierno, según la cual las preguntas que se hicieron fueron respondidas oportuna y satisfactoriamente, y sólo se trata de un ardid comunicacional liderado por un precandidato presidencial.
Por eso vale la pena detenernos un instante y hacer una evaluación. ¿Qué sabemos? ¿Qué falta por saber? ¿Qué hacemos a futuro con la Casen?
¿Qué sabemos?
Sabemos que la reducción de la pobreza que anunció el gobierno no era significativa. Tanto el 14,4% que arrojó la Casen 2011 como el 15,1% de la Casen 2009 no son exactos: en los dos casos, el número verdadero puede ser más alto o más bajo. Según ha informado el gobierno, para las dos cifras el margen de error es del 0,7%. En consecuencia, el margen de error para la diferencia entre el 2009 y 2011 es bastante mayor al 0,7%, por lo cual lo que realmente tenemos es un empate estadístico, tanto para la pobreza como para la indigencia.
Sabemos que, por primera vez en los 25 años que viene realizándose la Casen, el gobierno objetó el informe que recibe de la Cepal con los índices de pobreza e indigencia.
Es habitual que la Cepal y el gobierno interactúen analizando y concordando innovaciones metodológicas. En todas las Casen anteriores, una vez concluido este período de consultas, el gobierno entregó la base de datos a la Cepal, institución que la procesó, entregando al gobierno los índices de pobreza e indigencia que se hicieron públicos.
Esta vez fue distinta. Al recibir el informe de la Cepal, el gobierno se enteró de que la pobreza era del 15%. En lugar de aceptar dicha cifra, el gobierno argumentó ante este organismo que debía incluirse una fuente de ingreso que esta había descartado. Incluir nuevas fuentes de ingreso se había hecho muchas veces en el pasado, pero siempre durante el período regular de consultas entre el gobierno y la Cepal. Fue la primera vez que se hizo luego de que la comisión le entregó al gobierno los índices de pobreza e indigencia.
Sabemos que la Cepal aceptó recalcular los índices de pobreza, lo cual llevó a una baja del 15% al 14,4%.
Sabemos que el diseño de la encuesta no permitió calcular correctamente la contribución al ingreso de los hogares del bono que entregó el gobierno durante el período en que se recolectaba la información para la Casen. La subsecretaria del MDS y el Presidente han afirmado que si se omite esta fuente de ingresos, el índice de pobreza sube en 0,10%, mientras que la indigencia sube en 0,08%. La Cepal, en cambio, afirma que la diferencia es de 0,15% y 0,10%, respectivamente.
Sabemos que si se hubiese empleado el índice de pobreza que prefiere la Cepal, esta hubiese caído del 13,7% al 11,5% entre 2006 y 2009, y del 11,5% al 10,4% entre 2009 y 2011. La primera caída es claramente significativa; la segunda, no necesariamente.
La diferencia entre los índices de pobreza que calcula la Cepal y aquellos que calcula el gobierno radica en la importancia que dan a los alimentos, al calcular el precio de la canasta que consumen los pobres. Esta diferencia fue irrelevante mientras los precios de los alimentos subieron a un ritmo similar a los demás bienes, como sucedió hasta 2006. Entre 2006 y 2011, sin embargo, los precios de los alimentos subieron más rápido que el IPC y la diferencia importa. Hay más pobres con el índice de pobreza del gobierno porque supone que los pobres sólo consumen alimentos.
Sabemos que la dinámica del empleo no explica las variaciones en la línea de la pobreza entre 2006 y 2011. Porque con el índice de la Cepal, la pobreza bajó mucho más entre 2006 y 2009 que entre 2009 y 2011, a pesar de que el año 2009 fue un año recesivo, con alto desempleo.
¿Qué no sabemos?
No sabemos cuál es el margen de error efectivo. El margen de error del 0,7% para el índice de pobreza es, según ha informado el MDS, el valor proyectado, aquel que se esperaba obtener antes de realizar el trabajo de campo. El valor que efectivamente se obtuvo puede haber sido más bajo o más alto. El domingo pasado, La Tercera informó que había sido más alto, pero no sabemos cuánto más alto.
No sabemos por qué la Cepal decidió considerar la posibilidad de introducir cambios metodológicos después de entregar su informe al gobierno.
No sabemos por qué el gobierno sigue negándose a entregar la base de datos con que se hicieron los cálculos. Tener esta base es clave para saber quién está dando información equivocada respecto del efecto que tuvo el bono. También para que todos puedan calcular el margen de error efectivo.
¿Y ahora qué?
Hay varias lecciones de lo que probablemente termine conociéndose como el Casen-Gate.
Primero, es necesario sacar de la arena política la confección y comunicación de las estadísticas de pobreza, incluyendo la Casen. Una opción es crear un Instituto Nacional de Estadísticas (INE) autónomo, similar al Banco Central. Las instituciones que preparan las estadísticas oficiales de Chile no pueden estar sujetas a presiones de la autoridad. Este nuevo diseño institucional significa prescindir de la participación de la Cepal en las Casen futuras.
Un cambio institucional de este tipo debiera ir acompañado de un fortalecimiento importante de las capacidades técnicas del INE, las cuales distan mucho de lo que Chile puede y debe tener. Sin ir más lejos, el cambio que hizo el INE en los indicadores de empleo fue poco prolijo, sin un trabajo que hiciera comparables la antigua y nueva serie de empleo.
Segundo, con objeto de que el diseño de un INE autónomo se haga correctamente, sin prisa excesiva, la próxima Casen debiera hacerse no antes del 2014. De hecho, un primer tema a discutir por el consejo del nuevo INE es la conveniencia de tener una Casen todos los años, como anunció recientemente el gobierno. La mayoría de las políticas sociales toman tiempo en tener efecto, por lo cual no es obvio que se justifique tener mediciones anuales de la pobreza.
Conclusión
La discusión que hemos tenido durante más de un mes se hubiese evitado si se hubiese entregado oportunamente toda la información relevante para comprender cómo se llegó a los índices de pobreza e indigencia. Fue necesario que Juan Carlos Feres renunciara a la Cepal, el 31 de agosto, para que esta organización entregara un documento clave que debió haber entregado el 20 de julio. En cuanto al gobierno, casi dos meses después de anunciados los índices de pobreza e indigencia, seguimos esperando la base de datos.
Me conmueve tanta preocupación por la pobreza y por la verdad. Pero mucho más me conmueve la hipocresía de quienes se beneficiaron de prebendas de todo tipo durante entre 1990 y 2010 sin decir ni pío.
Seguro que algunos economistas están en la foto que se adjunta en esta noticia de hoy
http://www.emol.com/noticias/magazine/2012/09/13/560408/estrenan-montaje-circense-de-compania-chilena-creada-por-el-cirque-du-soleil.html
Estimado Fidel:
Me tienen cansado sus comentarios agresivos. No aportan nada. No lo borro simplemente para que se entienda mi comentario, pero en el futuro, y sin implicar a otros editores, voy a borrar comentarios de este nivel de agresión (y mediocridad). Y la razón por la que lo hago es simplemente pues me desagradan las agresiones personales (tanto públicas como privadas).
Best regards,
Sebastian Galiani
Sebastián,
Yo lamento tener que hacer ese tipo de comentarios, pero hay una razón importante y es que algunos chilenos opositores al gobierno quieren pasar gato por liebre. Yo no defiendo al gobierno de Piñera pero me parece un abuso de parte de esos chilenos usar este blog para atacar al gobierno. Usted dirá que es su blog y que a usted no le importa ese abuso, pero usted entonces debería usar la misma vara que quiere aplicar a mi comentario y no permitir que esos chilenos abusen de su blog. La columna de Eduardo Engel no aporta absolutamente nada al debate sobre la pobreza en Chile ni siquiera a mejorar la calidad del análisis del problema y es una larga diatriba contra el gobierno.
Quédese tranquilo que creo haber dejado en claro mi punto y ya no voy a insistir en denunciar a políticos disfrazados de economistas. Suerte con su blog, pero recuerde que los blogs sobre temas económicos fácilmente pueden terminar como los blogs sobre fútbol, en particular si los posts son simples diatribas contra gobiernos, empresas o personas.
Fidel:
Estoy en desacuerdo con usted. Yo leí la entrada de Eduardo y no encuentro nada objetable. Si bien expresa una opinión sobre las intenciones del presidente, esta no me parece inapropiada –todos expresamos nuestras opiniones finalmente-. El resto de la nota me parece súper objetiva, llena de información precisa, y además, estoy en total acuerdo con Eduardo sobre que debería hacerse: Institucionalizar un Instituto de Estadísticas Independiente. Mucho más ahora que está claro que la CEPAL no garantiza esa independencia.
En cualquier caso, aun si la entrada de Eduardo estuviese errada, si usted quiere participar productivamente de un debate, debe hacerlo con argumentos, no con agresiones.
Nuestros lectores son muchos, independientes y pensantes. Pueden discernir sobre lo que leen, así que no necesitan que alguien agravie a nuestros colaboradores para formarse una mejor opinión sobre lo que leen.
Por otra parte, yo disiento con esa idea que usted y mucha otra gente tiene sobre la imposibilidad de expresarse independientemente aun cuando se ejerza un role político en la sociedad. Yo por ejemplo he sido considerado un economista cercano a la Unión Cívica Radical. Ello, sin embargo, no ha limitado mi capacidad de criticar su accionar reciente como partido de oposición. Tengo, si, una visión aun más critica del gobierno, pero la relación de causalidad no va de mi simpatía partidaria a mi visión crítica del gobierno; más bien es mi visión sobre la importancia que tienen las instituciones republicanas en el buen funcionamiento de una sociedad la que me hacen critico del actual gobierno, y, en el pasado, me acercaron a la UCR.
Finalmente, usted sabe que en Chile el episodio de la CASEN ha sido criticado por economistas también simpatizantes del gobierno. A mí el debate sobre la medición de la pobreza en Chile, si fuese chileno, me llenaría de orgullo, pero claro, lo dice un pobre argentino al que le mienten con las estadísticas sistemáticamente.
Saludos,
Sebastian
Sebastian,
Yo soy un argentino rico –rico porque tuve la suerte de criarme allí aunque mi padre tenía tres trabajos y trabajaba 10 horas por días, 7 días a la semana (ya en 1950 no cantar la Marcha tenía un costo). Pero me fui hace mucho y siempre doy gracias a todos los que en varios países me permitieron trabajar con ellos durante más de 40 años, en particular a tantos chilenos que me honraron y me siguen honrando con su amistad.
Usted tiene una idea equivocada sobre Chile. Dejando de lado sus cosas buenas, el debate público es como en España y Argentina porque en los tres países se vivieron situaciones extremas de enfrentamiento. Ese pasado no se discute explícitamente (además los chilenos son más reservados que los argentinos y los españoles) pero cualquier observador con buenos conocimientos de historia puede darse cuenta cuánto condiciona el debate público. Puedo asegurarle que una mayoría de chilenos no se siente orgullosa primero de la pobreza y segundo del “valor agregado“ por los economistas y los políticos en sus “esfuerzos“ para superarla.
En cuanto a la independencia del Instituto de Estadísticas, me causa gracia. Ya hace más de 30 años que critiqué la supuesta independencia del Banco Central de Chile (establecida en la Constitución de 1980) y no me equivoqué (con el perdón de todos sus presidentes desde 1990, incluyendo mi buen amigo y ex-alumno Rodrigo Vergara, actual presidente). Como dije en aquel momento un país que está tan lejos de tener un poder judicial independiente, jamás podrá decir que tiene un órgano estatal independiente del Poder Ejecutivo. Ni en España, ni en Argentina, ni en Chile existen tales órganos. No se cuántos directores de institutos de estadística o presidentes de bancos centrales usted ha conocido, pero en mi larga carrera por el mundo he conocido muchos y siempre nuestras conversaciones se han centrado en por qué no aprovechaban mejor el poco margen de discrecionalidad que tenían. Usted recordará que Fidel Pintos se hizo famoso con aquello de “Es difícil vivir entero“ y le puedo asegurar que nunca encontré un político o un burócrata que me haya dicho que ha vivido entero.
Nada de eso tiene que ver con mis comentarios a los posts de varios chilenos copiando sus columnas para la masa chilena que los conocen bien por sus posiciones políticas. Conozco muy bien la trayectoria académica y política de esos chilenos y por eso mismo tengo la certeza de que su única intención es joder al gobierno. Conozco muy bien lo que pasa en la política chilena y eso reafirma mi certeza sobre esos chilenos.
No deje que le pasen gato por liebre.
Suerte con el blog.
Nota — No comenté el post de un artículo de Carlos Peña porque no es economista y su influencia en Chile está limitada al círculo de los ya convertidos. Además, sus diatribas dominicales en El Mercurio hace mucho que dejaron de causarme risa.
Sebastián,
Acabo de leer este titular
If You Barf When You See Barf, Congratulations: You’re Empathetic.
y con una gran carcajada le digo que mis comentarios no estaban motivados por la empatía, eso tan de moda entre políticos huecos.
Fidel:
Supongo que he conocido menos directores de agencias estadísticas que usted. Tuve la suerte de conocer a un director del INDEC de lujo, Juan Vital Sourrouille.
Sin embargo, nuevamente, disiento con su apreciación. Probablemente, la independencia total de una agencia gubernamental sea ilusoria, pero recuerde que lo mejor es enemigo de lo bueno. Se trata de lograr mayor independencia de un conjunto de agencias gubernamentales para hacer más costosa la injerencia política sobre ellas.
Yo, sin conocerlos personalmente demasiado, siento mucho respeto profesional por Andrés Velasco, Dante Contreras y Eduardo Engel. Pienso que ellos quieren mejorar las cosas en Chile, y que el debate que han planteado sobre la CASEN es válido.
Ya no tengo más nada que agregar a este intercambio. Releyéndolo, recordé que JL Borges una vez describió a Rafael Cansinos Assens como “un dictador que no permitía alusiones hostiles a escritores contemporáneos y trataba de mantener la conversación en un plano elevado”. Espero nadie piense que yo soy un dictador.
Saludos,
Sebastian
Fidel, mire usted también a dónde viene a cuestionar el ‘relato’ de la institucionalidad…